AL TRASLUZ
Ojo con marzo
MARZO es mucho más que una fecha electoral, aunque en los periódicos no se hable de otro tema. Un gran mes en el que Occidente celebra el aniversario de King Kong. También el de Ursula Andress, la primera chica Bond, inventora del bikini, la taquicardia, el hipo y el malabarismo hormonal; ahí es nada, la bestia y la bella hermanados por la onomástica. En un marzo aciago murió Azaña de tristeza. Y Santo Tomas de sabiduría. Y La Traviata fue estrenada, entre abucheos y carcajadas, en el teatro veneciano La Fenice. Fue en el tercer mes del año cuando nacieron Miguel Ángel y García Márquez, y abandonaron el valle de lágrimas Luchino Visconti ( Muerte en Venecia ) y Fred Zinnemann ( Solo ante el peligro ). Si echas un vistazo al calendario de efemérides, enseguida adviertes lo que ha dado de sí, en luces y en sombras. Su origen etimológico está en el dios romano de la guerra, Marte, pero resulta obvio que para tal menester los seres humanos no hacemos discriminaciones y cualquier fecha nos viene bien, incluso el mes de julio, que ya son ganas. Extraño hasta en su climatología, pues en León hemos pasado en horas del calorcillo al frío. Un poco de fama de cabroncete sí que tiene, por su climatología traidora, pero ya sabe que la cultura del refrán es tendenciosilla: «si marzo marcea, la vieja en el rincón se m¿». Ojo con estos 31 días, propicios para la coz. Un adivino profetizó a César que se cuidará de los idus de marzo, día de buenos augurios, en que luego se consumó la abyecta traición de Bruto. Extraño mes. Ojo con marzo. Y claro, por encima de las fechas puntuales, nuestro marzo individual, el de cada uno de nosotros, las efemérides secretas sobre las que sostenemos nuestras epopeyas privadas. El corazón tiene su propio calendario.