¿Y los perdedores? Día Internacional de la Mujer

NADIE quiere planteárselo públicamente en las dos grandes organizaciones partidarias, y es natural que así sea, pero una pregunta capciosa sobrevuela maliciosamente estas últimas horas previas a las elecciones de mañana: ¿qué será del perdedor? Si perdiese Zapatero, se habría producido un hecho sin precedentes en la joven democracia española: a ningún presidente anterior se le ha negado la posibilidad de un segundo mandato. Y ello supondría por tanto una desautorización gravísima que representaría la muerte política del derrotado. Si perdiese nuevamente Rajoy después de haber pasado el PP en 2004 de la mayoría absoluta a la oposición bajo su liderazgo, no parece probable que sus conmilitones le diesen una tercera oportunidad: hay reconocidas ambiciones en el seno del centro-derecha que asomarían, con toda legitimidad, para reclamar su turno. Y es probable que el propio Rajoy, harto de bregar, arrojara la toalla. Son cuestiones impropias, dolorosas, en este momento, pero no está mal que queden aquí abiertas, como un dato más que nos acompañe en el supremo gesto de votar mañana. EL HECHO de que hoy sea jornada de reflexión no debería restar énfasis a la conmemoración del día de la mujer trabajadora, que algunas organizaciones como la UGT celebraron ayer. La Ley de Igualdad, una de las más relevantes de la legislatura, ha constituido un paso importante en la equiparación real -la jurídica ya se había conseguido- entre mujeres y hombres, pero hay numerosos indicadores que ponen de manifiesto el largo trecho que resta por recorrer. Dos de ellos son especialmente sangrantes: a igualdad de trabajo, el salario de la mujer es un 24,5% inferior al del hombre. Y en tanto el 54% de los universitarios son mujeres, éstas no llegan al 15% de los puestos directivos en el sector privado. La maternidad, que dificulta la conciliación entre la vida familiar y profesional, no es un asunto resuelto en nuestro país, por lo que seguirá siendo necesario introducir más elementos de discriminación positiva que vayan reduciendo una marginación injustificable.