Frenazo al nacionalismo

LA VICTORIA del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero en la jornada electoral del pasado domingo ha sido indiscutible. Una victoria que ya está precipitando acontecimientos que darán para numerosos análisis durante varios días. Ha sido un triunfo cuantitativo frente al PP, pero además es cualitativo en el País Vasco y en Cataluña. Por primera vez los socialistas ganan al PNV. Han desarticulado en las urnas los proyectos del lendakari Ibarretxe. Y en la arista catalana, además, se ha producido el desfondamiento de ERC, que entra en crisis. El PSC pretende apuntarse la victoria y cobrar por ello. Y no hay caso. Lo cierto es que Rodríguez Zapatero obtiene más votos que Pepe Montilla en Cataluña. Por tanto, el que debe es el PSC al PSOE, y no al revés. Pero lo importante es que con estos resultados el PP, la Faes, la Conferencia Episcopal y la prensa amarilla tienen que dar explicarnos por qué con Aznar y Mayor Oreja crecían los independentistas en el País Vasco y en Cataluña. Y, en cambio, con el PSOE de Rodríguez Zapatero pierden votos y diputados y entran en crisis. El frenazo al nacionalismo ha dejado muesca en todas las carreteras de España. Toda la matraca que nos han dado durante los últimos cuatro años sobre que Zapatero rompía España no tenía ningún sentido. Lo han dejado claro los contundentes resultados electorales. Mi duda, que no es tal, es si dichos resultados llevarán a los sembradores de la cizaña a una profunda reflexión y a dar explicaciones a la ciudadanía sobre por qué se equivocaron en el análisis o si era sólo mala fe. Creo en lo último. Algún director/ideólogo de la derecha publicó el mismo día de las elecciones que votar a Zapatero sería un gravísimo error. Lo escribió sin aflojar los tirantes. No cabe mayor parcialidad. Debe estar masticando la gominola de su derrota. Y aquí, conociendo los resultados en Castilla y León, Juan Vicente Herrera declaró que en esta comunidad autónoma hay un «bipartidismo casi perfecto». Le ha delatado la obsesión que tienen en Valladolid con la UPL y la alegría por una hipotética desaparición. Los resultados en Castilla y León no se salieron del guión. Tampoco en nuestra provincia, donde los socialistas sellaron un triunfo mágico, superando a los populares en más de 18.000 votos. ¿Quién dijo que el «efecto Zapatero» era una ficción?. De la veintena larga de candidaturas -casi todas residuales- salvó los muebles IU, creciendo aquí y muriéndose en el resto del país. La UPL sufrió un grave revés. Las generales nunca han sido las más favorables para ellos. Los leonesistas no han superado todavía la crisis del último Congreso. Cuenta con destacados miembros, como Joaquín Otero y Herrero Rubinat, más proclives a colaborar con la Junta de Castilla y León, que con la actual dirección de su partido. La idea del equipo dirigente, aglutinada alrededor de Melchor Moreno y de Javier Chamorro, de redefinir y reorientar el partido, es básica tras los malos resultados. La pregunta es si serán capaces de conseguirlo. Yo creo que con trabajo serio y eficaz superarán el trago amargo del 9-M. Tiene la suficiente implantación, número de alcaldes y concejales para ello.