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Publicado por
J.F. PÉREZ CHENCHO
León

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ANUNCIAN LLUVIAS menores y nieve en las cimas que se besan con el cielo, No es un buen diagnóstico para alimentar las panzas de los pantanos. El embalse de Riaño, como los demás de la provincia, está bajo mínimos. No hay agua suficiente para todos los regadíos que dependen de ese embalse, del que además están previstas otras 34.000 hectáreas de riego en la zona de Payuelos, que eran prioritarias a la hora de cerrar la presa de Riaño. Este es un año seco, de grietas, no de fuentes que manan y de musgos. Se ha puesto de manifiesto que no hay agua para los regantes del bajo Carrión y de Medina de Rioseco, en Valladolid. Estas zonas reciben agua del Pisuerga a través del Canal de Castilla, pero hace una década, unos impresentables, como los consejeros Isaías García Monge primero y después José Valín, enredaron a los regantes para que recibieran agua de Riaño provisionalmente, mientras se construía el embalse de Vidrieros y mientras no se desarrollaran los regadíos de Payuelos. Una jugada maestra, pero mezquina. De esa forma, una parte del agua del Canal de Castilla se liberaba para aprovecharla en la industria de Valladolid. Durante los ocho años del gobierno del PP se mantuvieron congelados, tanto la transformación de Payuelos, como la construcción del embalse de Vidrieros. Mientras tanto, los regantes del Carrión y de Rioseco se hicieron a la idea de que la solución provisional era definitiva. Lo veían como un derecho adquirido, con lo que dejaron de exigir el embalse de Vidrieros, o una alternativa al mismo. Item más: ni siquiera se han preocupado de modernizar sus regadíos. En el caso del ex consejero de Agricultura, José Valín, hay algo más rocambolesco. Planeó regar con agua de Riaño parte del territorio de su municipio, Villalón de Campos. Construyó una gigantesca balsa de almacenamiento que pensaba llenar durante el invierno con agua de Riaño. Y todo ello de una forma clandestina, sin tramitar concesiones de agua o sin ningún otro requisito administrativo. Este año es excepcionalmente seco. Pero también nos avisa de las fuertes oscilaciones climatológicas que conlleva el cambio climático. Por eso mismo tiene que quedar bien claro, desde ya, que los regantes del Carrión no pueden contar con el agua de Riaño como si fuera un derecho, cuando en realidad les ha llegado como fruto de una cacicada. Los regantes de León deben defender su preferencia al agua de Riaño con todas sus fuerzas. Empezando por los de Payuelos, cuyo presidente, el diputado provincial Lupicinio Fernández. ya estuvo muchos años callado y sumiso ante los dictados de José Valín. Los regantes del Carrión tienen que garantizarse el agua reclamando que les llegue más por el Canal de Castilla y se construya el embalse de Vidrieros, pero nunca podrán pedir que se queden tierras leonesas sin regar. Y una reflexión para finalizar toda esta guerra por el agua, que irá a más en próximos años. Que la Junta meta la mano en las competencias de la gestión de la CHD significa un gran peligro para León. Si ya han caciqueado y desviado el agua cuando no tenían ninguna competencia, imagínense lo que harán en cuanto puedan decidir sobre los embalses de León.

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