EN POCAS PALABRAS LETRA PEQUEÑA
Almunia el optimista ¿Ley injusta?
MIENTRAS el FMI admite que la crisis de la economía mundial está «empeorando», el propio Bush reconoce la gravedad de los problemas de su país y otras instituciones económicas relevantes enfatizan el riesgo de contagio, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, aseguró en una conferencia sobre las reformas estructurales de Europa que la economía europea ha respondido «bastante bien» a las condiciones de inestabilidad generadas por la crisis de los mercados internacionales y que con un crecimiento para este año del 2 por ciento «está por debajo del riesgo de recesión». El responsable comunitario defendió la aplicación de las reformas precisamente y rerconoció que ya no estamos disfrutando del «clima optimista» de los últimos años. Por eso, subrayó que en los próximos años el reto será apoyar el crecimiento económico manteniendo la estabilidad de los precios. TRAS cada elección se escucha la misma cantinela, en boca de los partidos pequeños: la ley electoral es «injusta» porque no ofrece las mismas oportunidades a todos. Una falacia que conviene desmontar sin contemplaciones. Es falso de toda falsedad que los sistemas electorales mayoritarios a una o dos vueltas -como el británico o el norteamericano o el francés- sean «injustos», aunque consagren la hegemonía de dos grandes partidos. La mala experiencia de la proporcionalidad pura -la que hubo durante casi cuarenta años en Italia tras la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo- explica a las claras las razones de que se establezcan modelos electorales que la limiten. En España, durante la Transición, se optó por la proporcionalidad corregida mediante la ley d'Hondt, que está a medio camino entre los sistemas mayoritario y proporcional, y que ha permitido la existencia de minorías y ha facilitado la gobernabilidad. Se podrá estar a favor o en contra del sistema vigente, pero no se puede decir de él que es «injusto» para camuflar el propio fracaso.