EN EL FILO
Aznar no habla tan buen inglés
QUE Aznar es un converso, ni siquiera tardío, a las tesis bushianas no es ningún secreto. Que, como consecuencia de sus estancias en Georgetown, su inglés ha mejorado, tampoco. Que sigue cometiendo fallos gramaticales cuando se adentra en la lengua de Shakerpeare, se sabe: de su última entrevista, glosando la decisión tomada en su día interviniendo en Irak, se han destacado un par de ellos. Tiempos de los verbos y cosas así. Lo malo es decir las cosas erradas con el acento de Oxford (que tampoco es para tanto). No arrepentirse de las decisiones equivocadas, insistiendo en que fueron correctas y no pedir perdón cuando se constata que los fundamentos de aquellas decisiones incorrectas resultaron ser falsos, como, por cierto, decía una buena parte de la población y vaticinaban los expertos. Me refiero, claro, a la guerra en Irak y a la valoración que ahora hacen, casi al unísono, el ex presidente español y el ya casi ex presidente George Bush. Tuve la oportunidad de viajar una vez al Irak de Sadam Hussein y de regresar luego, una vez comenzada la guerra, a los enclaves donde se encontraban tropas españolas, con una meteórica parada en Bagdad. Luego he tenido ocasión de hablar con algún miembro de la legación española en la embaja da en la capital iraquí, y lo mismo con el embajador de otro país europeo. Y me parece que tanto Aznar como Bush no valoran correctamente la situación actual en un país que ya no es un país, en el que las instituciones democráticas son una ficción y el gobierno, un títere de Washington que no puede dar un paso fuera de sus fortalezas. La gente sigue muriendo a mansalva, lo que Bush califica de «terrorismo» impera en las calles y nadie sabe a quién aprovecha el petróleo extraído de los pozos en suelo iraquí (¿tal vez a intereses americanos?). Claro que con Saddam imperaba una feroz e intolerable dictadura; pero existía algo parecido a un Estado unido y no desgarrado por luchas tribales, funcionaban las cañerías y existía una economía, basada en el petróleo, que no era tan pujante como podría haberlo sido, pero que era, al menos, razonable. No sé si esto de ahora podría ser calificado como una situación satisfactoria, cuando el 70 por ciento de la población carece de luz, de trabajo y no tiene cubiertas las necesidades más básicas. Aznar ha tenido una buena ocasión de callarse y dejar pasar este tristísimo quinto aniversario. De Bush ya no digo nada, que la casa Blanca nos cae bastante lejos y a él, al fin y al cabo, le queda poca estancia en el despacho oval: tiempo tendrá la Historia de juzgar su nefasto paso por el poder..