Diario de León
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CONSUELO SÁNCHEZ-VICENTE
León

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EL MINISTRO de Exteriores de Serbia, Vuk Jeremic, ha pedido a la comunidad internacional que no reconozca la independencia de Kosovo «para que no perjudiquen la integridad territorial y la soberanía de Serbia». Y yo creo que tiene toda la razón. Esa independencia, desde el punto del vista del derecho, es sencillamente ilegal. Atenta justamente contra lo que señala el canciller serbio, contra la integridad territorial de su país. Las conveniencias geopolíticas y estratégicas de la OTAN, los Estados Unidos y de las grandes potencias del la UE, como Alemania o Francia, son la mano que mueve esta cuna. Pero, convenga a quien convenga, la ley está de parte de Serbia; y lo que los partidarios de la independencia de Kosovo alegan en pro de su causa es una simple arbitrariedad. Y un peligroso precedente. Los kosovares han votado a favor de su independencia, se dice; y el pueblo es el soberano en democracia. Perfecto. Pero el derecho internacional protege la integridad territorial de los países, no reconoce más derecho a la independencia que el de los países sin Estado, y Kosovo no es un país sin estado sino una provincia de un país: Serbia. Se dice, ya, pero es que el caso de Kosovo es una excepción, una y no más, por lo mucho que los serbios han machacado a los albanokovares durante la última guerra de los Balcanes... Sin entrar en que aquello ha sido una guerra feroz en la que los albanokosovares tampoco han sido especialmente clementes con los serbios donde estos eran minoría. Punto uno, no es por el sufrimiento de los kosovares por lo que estamos hablando de esto sino porque, a cambio de su independencia, Kovoso ha accedido a dejar que se instale en su territorio una base militar Otan-USA. Y, aunque fuera por sensibilidad hacia el sufrimiento de los kosovares, punto dos: abierto el portillo de la excepción, ¿qué es lo que determinaría el derecho a la independencia de cualquier otra región europea que lo pida?, ¿el nivel de la violencia ejercida por o contra sus habitantes? Se dice, no, lo de Kosovo es diferente. ¿Seguro? Euskadi es el ejemplo que tenemos más cerca: si en Kosovo la comunidad internacional bendice que una región de un país tiene derecho a separarse de ese país, ¿por qué no Euskadi? Se dice, no, lo de Euskadi es diferente. Hoy sí; pero ¿hasta cuando? Si nos saltamos la ley «porque conviene» a la comunidad internacional, yo misma puedo responder a esa pregunta: hasta que a la comunidad internacional le convenga.

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