EN POCAS PALABRAS LETRA PEQUEÑA
Ladrones de agua Paradoja nuclear
LA GUARDIA CIVIL ha detenido en Madrid a casi un centenar de particulares y empresarios por sustraer agua de conducciones del Canal de Isabel II en una cantidad que globalmente podría superar 1,7 millones de metros cúbicos, suficiente para abastecer durante un año a una localidad de 20.000 habitantes. Se han detectado 90 fraudes de agua en la Comunidad de Madrid y 99 personas han sido imputadas por un delito de defraudación de fluido hídrico. Del total de fraudes, 69 eran realizados por empresas, la mayoría responsables de obras de construcción de inmuebles que empleaban el agua en el ejercicio de su actividad. Los imputados pueden enfrentarse a sanciones administrativas aunque no a penas de prisión. El hecho es relevante por insólito y tiene un evidente valor pedagógico: el agua es un bien cada vez más escaso y más caro; tanto, que se ha convertido en objeto de la codicia de los desaprensivos. Hemos de aprender a valorarla. SARKOZY Y BROWN acaban de firmar un pacto que hará de los dos países el foco de irradiación de una nueva generación de reactores nucleares, una vez constatadas la inestabilidad del suministro del petróleo, la necesidad de combatir la emisión de gases de efecto invernadero y la limpieza de dicha energía, una vez que se han conseguido grandes avances en el almacenamiento inocuo de los residuos radioactivos. Mientras esto sucede en el corazón de Europa, aquí nos disponemos a cerrar la central nuclear de Garona -segunda que pasará a mejor vida- en lugar de renovarla y prolongar su vida útil, algo perfectamente posible sin riesgos. Y, por supuesto, el Gobierno mantiene acríticamente su negativa a construir nuevas centrales, aunque prevé -y en esto consiste la gran paradoja-adquirir energía eléctrica de origen nuclear a Francia. ¿En qué quedamos? El asunto es arduo y requiere meditación y debate. Pero no puede omitirse sistemáticamente como si el dilema no existiera. Poner en marcha una central nuclear cuesta casi una década, y dentro de diez años quizá hayamos padecido ya carencias irreparables.