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TRIBUNA

La huelga de médicos Corazones de piedra

Publicado por
VÍCTOR CÓRCOBA JuliÁn Bayón Fernández
León

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Vaya en primer lugar el lamentar que en estos días haya una huelga de médicos, pero también que la haya de funcionarios de Justicia y como en otros momentos las hubo de pilotos, construcción, minería, etcétera. La huelga no nos gusta a nadie, ni a quienes la padecen ni a quienes la secundan. Cuando un colectivo está en huelga es por unas reivindicaciones que se creen justas y que en la mayor parte de las veces no son bien entendidas o justificadas por la parte social que las padece. Lamento que en esta huelga de médicos, un sindicato como UGT cuya principal y única misión es defender a los trabajadores cargue como lo ha hecho contra los médicos en huelga, al tiempo que hace de portavoz de la patronal, en este caso la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León. Nos acusa de querer favorecer nuestras consultas privadas y dice que los médicos leoneses son los que mayor número de consultas privadas tienen de la Comunidad. Pues bien, hay que decir que León es la provincia de la Comunidad que más camas en centros privados/concertados tiene y la que menor número de camas públicas tiene en proporción al número de habitantes, ambas cosas son responsabilidad de quien dirige la Junta. Para el lector que no esté en los entresijos del sistema comentaré que un médico de la sanidad pública no puede, bajo ningún concepto, ver enfermos de dicha sanidad en estos centros concertados. Una de las consecuencias de esto es que León tenga alrededor de 800 médicos menos en la sanidad pública que Valladolid, con una población similar. No existe, como dice UGT; ningún «plus de exclusividad», existe lo que se denomina «complemento específico», que hasta hace 3 años lo cobraban los médicos que sólo trabajaban en la sanidad pública, a pesar de que todos realizan el mismo horario, y que tras una negociación con el anterior Consejero pasó a ser cobrado por todos los médicos, como sucede en la mayor parte del resto de CCAA. Esto le pareció mal a UGT y pleiteó para que se lo retiraran con efecto retroactivo en base a unos defectos de forma. ¡La primera vez que se conoce en la historia sindical que un sindicato reclame la pérdida de poder adquisitivo para un grupo de trabajadores!. Por tanto una de las reivindicaciones de la huelga no es que nos aumenten el sueldo a los médicos, ¡es que no nos lo bajen!. Cualquier colectivo de trabajadores puede reivindicar, legítimamente, que le suban el sueldo, por ejemplo los funcionarios de justicia. Sin embargo si los médicos pedimos que no nos lo bajen somos para algunos, entre ellos UGT, prácticamente unos delincuentes y hasta se nos insulta. Un médico especialista (6 años de carrera, 5 de especialidad y varias oposiciones aprobadas) con categoría de Jefe de Sección y con 30 años de antigüedad, si no hace guardias ni cobra el complemento específico cobra 2.200 euros, el sueldo más bajo de toda la UE incluyendo Grecia y Portugal y excluyendo a Polonia. Estos son nuestros «privilegios». Hay otros motivos de la huelga, como es el que se respete nuestra jornada laboral, que se `pueda dejar de hacer guardias a los 55 años sin mediar la discrecionalidad de los gerentes y que se convoque plazas para el 30 % de médicos interinos y eventuales que hay en nuestra Comunidad. Desde que se hicieron las transferencias hace más de 6 años, sólo hubo una convocatoria de plazas y fue «extraordinaria» . Como dije al principio a nadie le gusta una huelga, y menos a los médicos, desde aquí apelo a las autoridades sanitarias para que sean sensibles a estas reivindicaciones que creemos son justas y pongan de su parte la sensibilidad necesaria para acabar la huelga. Y por favor que no nos insulten. EL M ALHUMORADO mundo echa humo por todos los costados. No es para menos. Crecen como las cucarachas los corazones de piedra. Siempre dispuestos a prender mecha. El fuego de vejaciones, tan extendido hoy en día, es tan vivo que nos deja sin oxígeno para respirar. Vejan a disminuidos psíquicos, a mayores, a mujeres, a niños¿ No hay que ser ningún superdotado para caer en la cuenta que gana territorio la selva. Las salvajadas conviven a diario en nuestro hábitat. Despertar la conciencia moral y social en los corazones de piedra no es fácil. Desde luego que no. Están acostumbrados a pasar por encima de la ley, a darle un corte de mangas a cualquier norma, a reírse de los blandos poderes y a merendarse la justicia con brindis al sol. Han devaluado la vida humana, estos pedruscos vestidos de figura humana, al capricho del interés, del divertimento o a un sentimiento visceral de venganza. Corazones de piedra roban a mano armada libertades humanas. Obligan a prostituirse. No hay elección sino violencia. Sufrimiento con el que hay que convivir para sobrevivir. Para muchas personas la prostitución es la única vía de emergencia. Cada día es más complicado que a uno le dejen domiciliarse en un espacio sin violencia. Ante un mundo desgarrado por conflictos, que no acierta a agarrarse a la paz, donde a veces se justifica a los violentos, es importante reafirmar el sentido común. Los corazones de piedra son de verdad, existen, se multiplican en progresión geométrica, aunque vivan impregnados por la mentira. Hay que llamar por su nombre a estos repelentes tipos, que torturan a diestra y siniestra en cualquier esquina, registrarlos, sellarlos, expropiarles el cuerpo, remitirlos al Parnaso para que se rehabiliten con la belleza, hacer algo por propiciar un cambio de actitudes. La paciencia tiene un límite. Es necesaria una intervención urgente, eficaz, que implique a todos en la lucha contra cualquier forma de intimidación, terror, bestialidad, barbarie, partiendo de la formación de las conciencias y transformando mentalidades, modos y comportamientos propios de animales, no de personas que aspiran a reconstruir la familia humana bajo una alianza de civilizaciones. Quizás, por ello, haga falta ponerle las pilas a la justicia para que haga justicia y a la ciudadanía reponerle un espíritu abierto a la escucha. Del pueblo emana el corazón y sus virtudes.

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