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Publicado por
FEDERICO ABASCAL
León

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EL ENSAYO de sesión de investidura deberá repetirse mañana, viernes, a partir del mediodía, en la seguridad de que a la segunda irá la vencida, es decir, que Zapatero será investido presidente con los votos de su partido. Ayer le faltaron ocho votos para la mayoría absoluta, pero si hubiera aceptado el precio que le fue sugerido, los nacionalismos catalán y vasco le habrían investido a la primera, y hoy estaría ZP enseñándole al Rey la lista del nuevo Gobierno, en el que la modificaciones serán escasas. Prefiere Zapatero vivir con sus propios medios -169 escaños- que iniciar la legislatura endeudándose en el sistema crediticio del Parlamento. Tiempo habrá no sólo para los pactos de Estado, con Rajoy adelantando su disposición a firmarlos siempre que sean del gusto y sobre las materias que el PP señala, sino también para asuntos acaecederos de menor trascendencia. Las fuerzas periféricas han comprobado en este primer intento de investidura presidencial que si Rajoy lograra despegarse realmente de los inquisidores populares, el entendimiento entre el PP y el Gobierno podría extenderse en esta legislatura sobre muchas cuestion es. También el PP habría percibido que los puentes que los nacionalismos le han tendido a Zapatero serían transitados por éste si la oposición popular deseara revivir su estrategia de aislamiento, que ha sido más bien estéril. En este caso, posible e improbable, el Gobierno se vería forzado a convertir sus relaciones con CiU o con el PNV en algo parecido a una alianza parlamentaria. Pero lo más razonable serían los acuerdos circunstanciales sobre iniciativas concretas. Pagando incluso, pero a precio razonable. Como en este preámbulo legislativo han quedado bien definidos los papeles a representar por cada grupo, Rajoy ha procurado asegurarse el de líder de la oposición, lo que consiguió en su dúplica al presidente, ya que en la réplica estuvo cansino. Esto le refuerza internamente frente al hostigamiento refinadísimo que le dedica Esperanza Aguirre, quien ayer volvió a hacer un sarcasmo sobre la polvareda que levanta el simple hecho de decir que «a fecha de hoy no es mi intención presentarme» (al congreso del PP para disputarle la presidencia del partido a Rajoy. Tarea de la mujer de su entera confianza, Sáenz de Santamaría, será la de evitar el gamberrismo que siguen practicando algunos diputados populares desde sus escaños, como el ex ministro Arias Cañete, al que algunos compañeros le siguen riendo las patochadas.