APOLOGÍA DEL BIEN
El optimismo de ZP
LOS QUE SEGUIMOS la pista al sentido de las intervenciones de los respectivos representantes nos damos cuenta de que se olvidan demasiado de nuestros problemas. Por tanto, la mayoría seguiremos en la misma situación y sin esperanza. En el maratón de la investidura hemos observado que todos, en sus intervenciones, empiezan hablando de España, pero en realidad tratan de sus intereses y para disimular convierten la política un espectáculo cansino, que se prolonga, para que todo se confunda, con los comentarios de los profesionales de algunos medios. No cabe duda, ser político es muy rentable. Además, sólo se necesita militar en un partido y saber conectar con el líder. Podemos decir que un político triunfa, sí aprende a mentirles a los ciudadanos y a conecta con el jefe. Por eso todo está falseado en la escena política. Zapatero dice que es socialista y demócrata. ¿A qué llamara Zapatero socialismo? Sabemos que de socialismo no queda nada: hace unos años que los falsos socialistas lo eliminaron para dejar todo el espacio al capitalismo más duro de la historia. Rajoy dice que es un demócrata y de centro, cuando nos ha demostrado lo contrario, y además el partido que lidera aún ama los valores del nacional-catolicismo. Si trabajamos a favor de una sociedad formada por ciudadanos que se respeten a sí mismos, y también respeta a los mayores (no los manda a morir a residencias deshumanizadas) y a los niños (no los manden a la guardería), cultiven la buena educación y la buena cultura, todo mejorará. Pero si hacemos todo lo contrario, convertimos a los ciudadanos en mentirosos, tramposos, cínicos, pues estaremos en el mal camino. Esta obra es cosa de todos, pero especialmente de los políticos que nos gobiernan, porque para eso les damos el poder y el dinero. Sin embargo, en los respectivos discursos, no se hablo de esto. ¿En qué campo se sitúan ellos? Por lo que veo, en el malo. El mundo que nos describe Zapatero debe ser el suyo y el de unos pocos más, no el de la mayoría. Da la sensación de que nos ve a todos a través de si mismo: vive en el Palacio de la Moncloa, veraner en los palacios de lujo del Estado sin poner un céntimo, dispone de preparador físico, diseñador de imagen, peluquero, buen cocinero, unos magníficos jardines para correr, por no seguir... Ya sabemos que el cielo y el infierno están aquí abajo. Los que vivimos en el infierno sabemos que Zapatero no siente nuestros problemas, aunque hable de ellos. Tampoco entiendo porque se ríe tanto, supongo que es porque, con nuestros votos (el mío también, aunque, como otros muchos lo vote con la nariz tapada para evitar males mayores), se ha puesto muy contento, él y los que le rodean. Le aconsejo que no se ría tanto en público, porque mucha gente se pone triste.