Diario de León

CRÓNICAS BERCIANAS

«Quiero verla bailar entre los muertos»

Ponferrada

Creado:

Actualizado:

NO ME gusta la música de Soziedad Alkohólika. Tampoco me gustan determinadas letras de sus canciones. Seguro que no me gusta lo que piensan sobre la realidad del País Vasco. Pero lo que menos me gusta de todo lo que rodea a su polémico concierto de Bembibre, programado para la próximas fiestas de la Salida del Santo, son los linchamientos. No me gusta el oportunismo mediático. En este oficio se pierde la perspectiva y se equivoca el enfoque con demasiada facilidad como para no quejarse cuando la realidad se retuerce a drede para hacerse un hueco en el quiosco. Tampoco me gustan los hipócritas que se suben al carro de las críticas cuando creen que lo empuja un caballo ganador y son capaces de reconocer que el grupo tiene derecho a la libertad de expresión, «pero fuera de Bembibre». O los que se rasgan el traje, indignados, porque se deja subir al escenario a un grupo radical que no encaja con esa idea de unidad contra el terrorismo que pregonan los partidos democráticos. Los mismos partidos que no han dejado de usar los posicionamientos del adversario en torno a ETA o al terrorismo islámico para ganar votos y han sido incapaces de ponerse de acuerdo en algo tan básico. Soziedad Alkohólila no es el primer grupo de rock que canta contra la policía, contra los grises o los maderos, contra el tricornio de la Guardia Civil, que hace unos años metía tanto miedo. La letra de su canción «Explota cerdo», el ejemplo que más repiten quienes los califican de proetarras, me parece deleznable y va mucho más lejos que cualquier otro tema de rock radical que yo haya escuchado. Y es cierto que el equipo de gobierno de Bembibre, que no siempre hace el mismo caso de las firmas que recogen sus ciudadanos, podía haber tenido un poco más de tacto a la hora de contratarlos para unas fiestas que sólo se celebran cada siete años. El juez que resolvió la denuncia de la Asociación de Víctimas del Terrorismo no consideró, sin embargo, que hubiera suficientes argumentos como para condenarlos por un delito de apología del terrorismo. Y los absolvió. Circunstancia que muchos de los que critican al grupo vasco se dejan para el final de su discurso, o directamente la obvian. Alguno dirá que el momento político era distinto. Implícitamente reconocen que la Justicia no es independiente del poder político, lo que me parece mucho más grave, y más preocupante, porque no les veo igual de indignados, que el supuesto delito de apología del terrorismo de un grupo de rock vasco que, con la absolución de un juez en la mano, tendría motivos para denunciar por injurias y calumnias a quienes les tachan de proetarras. Son los mismos que ya se indignaban cuando el cantante de Extremoduro aparecía en televisón disfrazado de Jesucristo, provocando, ponían el grito en el cielo si otro grupo defendía la legalización del cannabis en un escenario. Quizá todavía hoy bailen «La mataré», una de las mejores canciones de Loquillo y los Trogloditas y todo un clásico del rock español, pero que en los tiempos que corren bien pudiera servir a más de uno para denunciar al grupo por hacer apología de la violencia contra la mujer.

tracking