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TRIBUNA

Por un leonesismo en positivo Todos somos de León

Publicado por
MANUEL ALONSO PÉREZ david díez llamas
León

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Y COMO dice la canción, contentos de ser de aquí. Los que, como yo hemos nacido en esta tierra, estamos orgullosos de vivir en ella, aunque no tanto de ver cómo se han aprovechado de nosotros tantas provincias vecinas y no vecinas. Nuestra provincia la séptima en extensión de España, es una región de clima continental, con mucho frío en invierno y demasiado calor en verano. Antes de que el clima se volviera loco anunciando un cambio espectacular que ya estamos acusando hace algunos años, decían nuestros abuelos que en León había nueve meses de invierno y tres de infierno, y que nuestros inviernos no eran aptos más que para los bueyes y para algún canónigo. Lo cierto es que aunque algo frío nuestro clima es sano y el verano en la montaña leonesa es una delicia, que no se ha sabido aprovechar, por carecer de buenas carreteras. Ahora se están empezando a construir numerosas casas rurales y mejorando las vías de comunicación, y los visitantes comienzan a pernoctar más tiempo entre nosotros. Antes, los pocos turistas que venían paraban a ver la Catedral, San Isidoro y San Marcos y, si podían no hacer noche, seguían su camino hacia Galicia o Asturias. Vamos empezando a «espabilar», que decía mi abuela, y hemos mejorado en muchos aspectos. nuestra Semana Santa, es conocida internacionalmente, por sus múltiples cofradías, procesiones con buena imaginería y una tradición entrañable. También se han hecho famosos nuestros carnavales, fiestas populares, nuestros productos gastronómicos, como la cecina, el botillo, las alubias del Órbigo, y un sinfín de cosas más. La capital, León, aunque tiene pocos más habitantes que hace 50 años tiene triplicado su solar urbano, con calles bien trazadas, que comenzaron a realizarse en las primeras décadas del siglo XX, con el ensanche. Me pregunto la de pisos que tiene que haber desocupados. Algún leonés tiene que tener dos o tres viviendas; serán de los ahorradores que no van al bingo. Quedan cosas por hacer, algunas muy sencillas y que yo ya expuse en este periódico en otras ocasiones, por ejemplo ver la fuente de San Marcelo sin su bonito colofón, que no creo fuera difícil reconstruir, terminar de una vez con los estorbos urbanísticos que nos dan las dos estaciones del tren. El famoso paso a nivel de la calle doctor Fleming (la carretera Zamora) y el soterramiento de las vías de la Feve y correspondiente urbanización de la zona. Parece que pronto va a ser una realidad. En cuanto a lo que digo de los que se han aprovechado de nosotros es bien sabido por todos. Nos llevan el agua para Palencia y nuestros regantes tienen que hacer pozos para que sus cosechas no se sequen. Las fábricas de coches, que pudimos tene como la Fasa y la Citröen, las dejamos escapar, los productos perecederos del campo y la leche no los hemos sabido o «podido» rentabilizar, debe de ser por eso que nos llaman cazurros. A pesar de todo y sin ser de ningún partido político leonesista, soy leonés de pura cepa y me encanta mi provincia. No en vano la recorrí de cabo a rabo durante los 34 años que ejercí la enseñanza por los más de quince pueblos leoneses, del Páramo, la montaña, la Cabrera o la capital. En todos los sitios fui feliz y conviví con alegría con mis paisanos. No sé si algún forastero se reirá de nosotros, pero creo que tendrán que barrer su casa y no fijarse en la de los demás. ¡Viva León! ENTIENDO que uno de los rasgos que en mayor medida definen la personalidad leonesa es nuestro acusado individualismo. El mismo se manifiesta entre otras cosas en su estructura demográfica y poblacional -sólo en la provincia de León podemos encontrar más de mil núcleos de población- que contrasta con el poblamiento en otras partes de España: en Andalucía, en Extremadura o la Comunidad Valenciana. Ese individualismo a nivel político se ha dejado ver en la importancia que han tenido los leoneses en los movimientos anarquistas -Durruti, Pestaña, Abad de Santullán- o en los partidos liberales. Un valor vinculado a esa personalidad es el que lleva a un ansia de libertad, un valor que tiene un componente marcadamente individual. El leonés busca la libertad y no desea que le impongan las cosas (especialmente aquellas que no ha decidido por sí mismo). Ese ejercicio de la libertad desde la individualidad se deja ver en nuestras tradiciones. Es el debate que se establece sobre el foro u oferta, por ejemplo en las Cabezadas. El pueblo del Reino de León -con su pendón- cada año lleva su oferta y lo hace desde su libertad y el ejercicio de su voluntad. Rechaza de este modo hacerlo desde la obligación o como una imposición basada en el foro, en la costumbre. Sin embargo ese acusado individualismo nos impide en demasiadas ocasiones avanzar en alcanzar logros. ¡Qué complicado resulta unir intereses comunes para alcanzar metas que podrían ser beneficiosas para todos! ¡Qué poco dados somos a maximizar los puntos de encuentro y minimizar las diferencias!. Tal vez sea conveniente recuperar el valor de la facendera en nuestros pueblos como tarea común que a todos beneficiaba, aunando en dicha tarea incluso a personas que no se llevaban bien. Había que arreglar un camino y en tanto ello era beneficioso para el conjunto del pueblo todos colaboraban en esa tarea. En ese sentido será conveniente definir esa tarea común y en base a ello fijar los objetivos para hacer esa llamada a la ciudadanía para que cada uno pueda hacer su personal aportación. Creo que los leoneses tal vez por esa propia individualidad somos malos comunicadores que aun nos creemos aquello que dice la canción tradicional de que «la cuba de buen vino no necesita bandera». Sin embargo hoy el valor de la comunicación es algo básico y fundamental en la sociedad moderna. Los leoneses debemos de hacer esfuerzo en comunicar nuestra oferta ya sea a nivel comercial como a nivel turístico. Yo diría que no lo hacemos bien. Estos días he podido ver en periódicos de Bilbao anuncios sobre las Cabezadas. Es un esfuerzo por comunicar y por ello ya merece nuestro aplauso, pero no lo hacemos bien. He comprobado personalmente que «Las Cabezadas» es un concepto que nadie sabe descifrar -fuera de la ciudad de León- y que por tanto no consigue captar la atención de los lectores. Es muy complicado que se vincule ese concepto a la ciu dad y por último es aún más complicado el retener la fecha en que se celebra. Por ello es muy difícil el que a través de ese anuncio se pueda llevar gente y turismo a la ciudad de León. En ese sentido podría ser en mayor medida conveniente el crear una marca y un posicionamiento que contribuya a diferenciarnos positivamente. Entiendo que a nivel turístico sin duda ese posicionamiento debería de hacer referencia a nuestra historia y al Reino de León. El individualismo dificulta en gran medida la capacidad de organización y sin organización es muy complicado alcanzar metas. En demasiadas ocasiones se busca proyectar los propios deseos de modo que hay un uso de la organización para alcanzar los objetivos que individualmente se persiguen. Así conformamos subgrupos de subgrupos que finalmente llegan a estar formados por una persona. También es muy frecuente que cuando alguien deja una posición de poder en una determinada organización actúe en abierta oposición a la misma. Es algo así como yo marco las directrices a seguir o no admito que las puedan marcar otras personas. Entiendo que hace falta un leonesismo en positivo capaz de mostrar alternativas e iniciativas. Que no actúe únicamente a modo de reacción contra las injusticias que puedan llegar de otras instituciones -sin por ello dejar de ejercer ese papel de denuncia- sino que también sea capaz de colaborar en mejorar la economía o la cultura leonesa. Un ejemplo de ese leonesismo en positivo es la encomiable labor que se está haciendo desde la asociación de Pendones llevándolos por toda España con su gran esfuerzo. El leonesismo debe centrarse en aquellos temas que interesan a los leoneses. El movimiento social -que trasciende con mucho a uno u otro partido- debe de adaptarse a las demandas sociales y no tratar de imponer unos criterios que poco o nada tienen que ver con la realidad social leonesa. El camino para avanzar será, el de ser capaces de conjugar nuestra personalidad individualista con la organización y cooperación necesarias para llegar a las metas que a todos -y no sólo a una minoría- nos interesan.