EN POCAS PALABRAS LETRA PEQUEÑA
Regiones vulnerables Populismo
SEGÚN Seopan, la patronal del sector construcción, la crisis golpea al conjunto del Estado, pero es especialmente significativa en algunas regiones. En particular Extremadura, Andalucía y Castilla la Mancha, donde el peso del «ladrillo» -sin tener en cuenta el sector inmobiliario- es mayor que en el resto del país. En un análisis sobre los años del «boom» (1995-2007), dicha organización empresarial estima que en Extremadura el valor añadido de la construcción representa nada menos que el 14,9% del PIB regional. Con diferencia el nivel más alto de España. En Andalucía, por su parte, el 13,2% del PIB autonómico tiene que ver con la construcción, mientras que en Castilla la Mancha el porcentaje es del 13,1%. En el lado opuesto se encuentran el País Vasco, Cataluña y Madrid, donde menos del 10% del valor añadido de la región está relacionado con el sector de la construcción. Baleares, Navarra y La Rioja, también serían menos vulnerables. CIERTOS sectores del PP no han podido reprimir su alegría ante la victoria de Berlusconi en Italia, a pesar de que el ala más liberal y democrática de la primera fuerza opositora de nuestro país ha tenido sumo cuidado en no elogiar a quien representa el más trasnochado populismo reaccionario del continente. Algún día, todo el PP, y no sólo algunos de sus cuadros, acabará convenciéndose de que muchas de las reformas que ya realizó en su día Felipe González y de las que ha ejecutado Zapatero en su primer cuatrienio de poder -y especialmente las que se refieren a la promoción de la mujer, a la igualdad entre los géneros- son genuinamente liberales, de forma que el PP se ha dejado arrebatar con frecuencia una bandera de la que nunca debió prescindir. Y en todo caso, oponerse ideológicamente a tales evoluciones es un disparate. Fue Prieto quien, en los años treinta, se declaró «socialista a fuer de liberal». Hoy, los dogmatismos han desaparecido y el liberalismo ya no tiene rivales. Por ello, los enemigos de los grandes partidos democráticos ya no son el antagonista doméstico sino el populismo que arrasa, como en Italia, la ética y la democracia.