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Publicado por
FEDERICO ABASCAL
León

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RAJOY PODRÁ GANAR cómodamente el congreso nacional del PP, a celebrarse en junio, pero no logrará verse libre del zumbido de avispa que produce en sus oídos presidenciales la ambición política de Esperanza Aguirre. Es un zumbido persistente que va a sobrevolar el congreso, donde la avispa tendría todas las de perder, para seguir erosionando la resistencia psicológica de Rajoy. Sólo podría Rajoy desactivar el hostigamiento de Aguirre si lograra que ésta le clavara su aguijón en el congreso nacional, en el que la avispa perdería, además de su aguijón, su futuro político. Vuelve a oírse el zumbido insistente de la presidenta de Madrid, a la que rodean en sus desplazamientos por la región unas decenas de altavoces mediáticos. Uno de los medios que más devota y descaradamente apoya a Esperanza Aguirre publicó la posibilidad de que un núcleo de la militancia madrileña del PP, al que se atribuían iniciativas ideológicas muy dinámicas, llevase al congreso popular una enmienda para que la candidatura a la Presidencia del Gobierno fuera decida en elecciones primarias. Dicho de otra manera. Para que Mariano Rajoy, por mucho que ganase el congreso de junio, tuviera que enfrentarse a Aguirre para que el partido eligiese el póster electoral. Ya ha descubierto Esperanza sus cartas o, al menos, las dobles parejas con las que quiere lograr a partir del año que viene un ful de ases para ir desplazando cada vez más a Rajoy. No sabía nada de esa iniciativa sobre elecciones primarias, se había enterado por el periódico, pero «a mí todo lo que sea que los afiliados, esa maravilla de ciudadanos, 700.000 afiliados al PP, que trabajan, que se esfuerzan y que se sacrifican sin pedir nada a cambio tengan una participación mayor, pues la estudiaré con muchísimo cariño», declara Aguirre . Sorprende que el desgaste que la presidenta madrileña intenta producir en Rajoy no la desgaste lo más mínimo a ella misma, y es que ella siempre se escuda en esa coherencia aparente que practican los medios de comunicación que la sirven, convirtiendo lo más descabellado en pura lógica. Alguno de esos medios ha llegado a lo que Aguirre no haría nunca, y es convertir cualquier falacia, inmoral por el hecho de serlo, en regla de moral. Pero es posible que por muchos partidarios que tenga Aguirre en la militancia popular de Madrid y hasta en zonas castellano/leonesas de devoción residual a Aznar, el sector más responsable del partido decida frenar en seco esta estrategia de acoso a la única esperanza disponible actualmente en el PP, que es Rajoy, se cierre o no en falso el congreso, porque la otra Esperanza, no es ni de lejos una opción que garantice en el partido el control del presente y abra serias perspectivas de futuro. Su futuro lo tendrá que trabajar el PP muy en serio.