APOLOGÍA DEL BIEN
Personas
EL CONCEPTO de persona es muy débil en todas las sociedades. Sin embargo, el concepto de hombre y de mujer son conceptos fuertes. Cuando hablamos, inmediatamente ponemos el sexo en escena y nos referimos a hombres y mujeres en vez de utilizar la palabra personas. El concepto de persona engloba a ambos y modera las diferencias. Los conceptos de persona y de inteligencia no tienen sexo y si suprimimos las diferencias culturales y sociales que arrastramos debilitaremos el machismo y el dichoso feminismo. El problema se agrava, en vez de mejorar, si por interés político, desde las filas del feminismo recalcitrante se enfrentan los sexos al poner de moda los conceptos de machismo, feminismo y violencia de genero. Marcar las diferencias en el sexo, más allá de las dadas por la naturaleza, es una de las maneras de cultivar la desigualdad y la violencia. Es incoherente hablar de igualdad en una sociedad que tiene como modelo las desigualdad; vemos que el mismo Gobierno hace leyes que producen desigualdades. Por tanto, el tiempo me dará la razón: instituir un Ministerio de Igualdad que nos cuesta mucho dinero y no podrá hacer nada efectivo más allá de la propaganda es una gran irresponsabilidad. Las desigualdades son parte de la lógica del sistema capitalista y la violencia de género y otras, una consecuencia. Los mismos parlamentarios utilizan un tono violento en el parlamento, lugar para dar ejemplo. En la declaración de derechos que hace la Organización de Naciones Unidas, los principios de la igualdad son comunes sin distinción de sexo, raza, religión, así como el derecho a una vida decente. Por lo tanto, la igualdad no se logra con un ministerio, y menos si su gestión depende de una persona que, con todos los respetos, no tiene ni experiencia, ni conocimiento especifico. Por ello, tiene que entregarse a sus asesores. ¡Vamos a suponerles conocimiento y honradez! El Ministerio de Igualdad ha sido idea de la vicepresidenta. ¿Qué le parece tanto celo por tener muchas mujeres en el Gobierno y decirnos que eso es igualdad si ella tuviera que servir de interna en una casa por 700 euros, sin seguros ni vacaciones? ¿De qué igualdad de género nos hablan? No me extraña que los siquiatras hayan detectado que vivimos en una sociedad que produce depresión, porque la mayoría de las personas tenemos que tragar la humillación que causan las diferencias sociales. Y eso deprime a cualquier persona que no sea idiota y tenga sensibilidad. ¿Se puede tolerar que los directivos y consejeros de bancos, telefonía, hidroeléctricas, empresas que nos explotan a todos, cobren, sin merecerlo, el que menos, más de quinientos millones de pesetas al año. ¿De esa violencia quién nos defiende?