HISTORIAS DEL REINO
¡Vivan las cadenas!
TAN FELICES NOS las prometíamos bandera al viento allá por el 24, tan orgullosos de rescatar una primacía que convierte a León, una vez más, en estandarte de libertades, tan conformes y felices nos hallábamos en aquel día y en la resaca saboreada siguiente, que no advertimos los goles de penalti que nos fueron colando por la retambufa desde la heredera de Pepe Botella en versión Ribera del Duero. Primero nos llegó la buena nueva de parte del representante autonómico de reuniones varias de Castillileón, que solicitó para la ciudad de Pedro Ansúrez la capitalidad del noroeste español en eso que llamamos seminarios y congresos. Su proclama llueve sobre mojado. En otoño de 2007, el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Valladolid ya solicitaba lo mismo durante la inauguración de su Feria de Muestras. «Valladolid debe ser la capital del noroeste español¿porque todo lo que es bueno para Valladolid, es bueno para Castilla y León», porque «es el motor de la economía de Castilla y León». Habló la empresa, sancionó la industria, remató la política y nos faltaba la mención académica, hasta que llegó de manos de la página web de la Universidad Europea Miguel de Cervantes, donde se afirma, siguiendo la misma dinámica, que la ciudad del Pisuerga es «la capital oficial y la capital real de dicha comunidad», y «la ciudad más importante desde el punto de vista económico, comercial, administrativo, político, religioso, universitario, de ocio, de población, etcétera». Así me gusta. Con dos¿ afirmaciones. Cada vez me caen mejor estos pucelanos, lo reconozco. Nos azotan en los morros con verdades como puños y aquí nadie se mueve. Todos calladitos y a cumplir, no se enfade el jefe y perdamos cortesana poltrona. Ahora toca el asunto de los del estestoscopio. Reconoce Guisa-sola (para Castilla, o para Pucela, como afirma un amigo), que se necesitan más médicos en la Comunidad, que las facultades ya existentes en Valladolid y Salamanca no dan abasto a la demanda y urgencia, que nuestros profesionales, sin duda los mejor cualificados de Europa, no pueden más. Y para solventar el problema, León alzó tímida patita, ofreciéndose a ayudar. Y se la amputaron de cuajo al comunicarnos, a bombo y platillo, que la ciudad más importante del mundo mundial y Salamanca, a dúo, engordarán sus clases. Para León, los usos propios curativos de los animales: osea, que ya tenemos Veterinaria. El bueno de Joaquín, presidente de la Casa de León en Cataluña, me explicaba hace pocos días que ya hay más hijos de Prioro en las tierras de Montilla que en la montaña leonesa. A este paso allí emigraremos todos, mientras Segovia y Ávila siguen mirando al ombligo de Madrid, Soria hacia la baturra Zaragoza, León y Burgos no se creen que les hayan robado la capitalidad de León y de Castilla, Zamora se convierte en la increíble provincia menguante y Salamanca se aferra a su Universidad por todo bien. Y siempre habrá quien nos tilde, por vocear las verdades, de removedores de coprolitos comunitarios mientras huye nuestra gente buscando fortuna en las Indias Orientales. ¡Qué vivan Fernando VII y las cadenas!