La inestabilidad se adueña del PP

EN EL PP SE PRODUCEN ocurrencias infinitas, como hemos podido comprobar en los años anteriores y especialmente desde que fueron desalojados del poder en las generales del 14-M. En esa estela tenemos su comportamiento en Mondragón, al uncirse a la tesis del no al desalojo de la alcaldesa de ANV, con la peregrina explicación de que era una moción light y teatral, según su representante e aquel municipio. Imaginemos la que se habría organizado si las cosas hubieran sucedido al revés, es decir, la negativa del PSOE a secundar una moción de esas características del PP. Piadosamente, podríamos atribuir esa aberrante sinrazón a la crisis interna del partido de Mariano Rajoy. Pero la piedad no puede llegar a tanto, porque no existe ninguna relación entre ambos ámbitos. El PP siempre busca explicaciones estrambóticas a sus decisiones más impresentables, pero en esta ocasión no cuela y con toda seguridad es un comportamiento que van a pagar muy caro, por muchos que sean los esfuerzos de sus apasionados afines políticos y mediáticos, que no son pocos. Otra medida del desconcierto de ese partido es la conmoción por la propuesta de la dirección del PP de un distrito madrileño, concretamente el de Salamanca, que es el prototipo del predominio de la derecha en todo el panorama español. Me refiero a la propuesta de celebrar elecciones primarias para la designación del candidato a la presidencia del Gobierno, una vez que parecen fracasados los intentos de candidaturas alternativas a la presidencia del partido en el congreso de junio. Tampoco parecen dispuestos los dominadores del aparato a dar paso a ese democrático sistema, el mismo que estamos presenciando precisamente ahora en USA. Pero como en los próximos tres años vendrá una serie de elecciones que previsiblemente seguirá perdiendo el PP, el liderazgo de Rajoy se debilitará tanto que será muy problemático que realmente llegue como candidato a las elecciones generales de 2012. La sombra de Esperanza Aguirre se proyecta sobre esas fechas y la inestabilidad en el partido queda garantizada.