¿Desobediencia?

LLEVO años dedicándole columnas a las pintadas. Bueno, sería más correcto hablar de garabatos que ensucian las paredes, porque pintada, según la Real Academia, es un «letrero pintado en las paredes preferentemente de contenido político o social» y lo que ensucia las calles (todas, no creo que haya una sola que se libre y si es así seguramente en ella vivirá alguno de los «pintores») de toda la capital son casi siempre las firmas de unos jóvenes que parece que tienen que autoafirmarse a base de estampar su huella. Las pintadas son algo más serio y sus autores suelen tener preocupaciones sociológicas que les llevan a denunciar algo para que la gente se entere. Por eso siempre he intentado que el Ayuntamiento y la policía se pusieran manos a la obra para erradicar el feísmo que asola las calles. Ya no sólo paredes, fachadas, cristales de edificios, sino mobiliario urbano, porque a los «angelitos» se les están acabando los lugares donde estampar su tinta y ya se conforman con cualquier hueco, por mínimo que sea, como los postes de semáforos y señales de tráfico. Hay que hacer algo para que la ciudad vuelva a estar limpia de pinturas, pero no creo que sea crear un registro de autores, aunque lo primero sea identificarlos y que paguen la limpieza de lo que ensuciaron. Si Poridad no actúa, lo propio sería la desobediencia civil, que los vecinos descontaran del IBI (ese IBI que ha subido mucho) el importe de la limpieza de sus fachadas. Tal vez así se decidirían a actuar contundentemente. Cambiando de tema, el domingo falleció José Álvarez, fundador de la Peña Real Madrid-Cultural Leonesa, cuyos colores blancos siempre llevó en su corazón. Precisamente murió el día del derbi con la Ponferradina. Descanse en paz.