EN POCAS PALABRAS LETRA PEQUEÑA
USA: 45 millones de hispanos Dureza judicial
LA COMUNIDAD hispana en Estados Unidos es ya la segunda del mundo por detrás de México y por delante de España. Los hispanos alcanzaron ya los 45,5 millones de personas en 2007, un 15,1 por ciento de la población total, un crecimiento que, de acuerdo con los expertos, incidirá en el debate migratorio en el país, informó ayer la Oficina del Censo. La población latinoamericana aumentó en 1,4 millones entre julio de 2006 y julio de 2007 -una tasa de crecimiento de 3,3 % durante ese período-, lo que la convierte en la minoría de mayor crecimiento en EE. UU., cuya población total es de 301,6 millones. Los negros son la segunda mayor minoría, con 40,7 millones de personas y una tasa de crecimiento del 1,3 por ciento. Los candidatos presidenciales en liza son conscientes de esta realidad. Los únicos que en apariencia no somos conscientes de este potencial de influencia somos los españoles, incapaces de ver las posibilidades que nos ofrece esta gran comunidad cultural. LA COMPLICIDAD, la connivencia, la relación subrepticia de la izquierda aberzale con ETA tenía un sentido determinado (y no sólo intelectual: también jurídico) cuando la organización terrorista parecía buscar caminos hacia la paz. Ahora se ve que sin entusiasmo alguno, o, si se prefiere, con la conciencia previa de que aquella estrategia o conduciría a fortalecerles, a matar mejor en una palabra. El llamado «proceso de paz» se ha desmoronado como un castillo de naipes por el irreductible fanatismo de los asesinos y sus cómplices y ya no tendrán los terroristas otra oportunidad de intentar una especie de «salida honrosa». De ahí que ya no quepan ni comprensión, ni lenidad ni contemplaciones en la gestión democrática, constitucional, del último problema que aún proviene del franquismo, pero que ni siquiera puede escudarse en la dictadura: la propensión genocida de los etarras. La alcaldesa de Mondragón, como se ha visto, defiende los intereses de ETA, abona la división y la muerte en Euskadi. Ha asistido fría, impasible, al asesinato de un conciudadano sin pestañear siquiera. El juez sólo ha cumplido con su deber.