San Gil se enfada

UN COMENTARIO editorial del diario que con más entusiasmo y dedicación sigue la actual situación del convulso periodo precongresual del PP, no duda en señalar que la decisión de María San Gil de abandonar el equipo encargado de redactar la ponencia política para el referido congreso de Valencia es, sin lugar a dudas, «lo más grave que le ha sucedido a Mariano Rajoy desde su derrota del 9-M». San Gil, presidenta del PP vasco, de gran prestigio en el partido y fuera de él, ha explicado con detalle que deja tal ponencia por diferencias de criterio, si bien seguirá colaborando desde fuera de la ponencia para poder presentar las enmiendas necesarias para corregir la voluntad de los otros potentes, Alicia Sánchez Camacho y José Manuel Soria, de modificar la estrategia del PP para conseguir un entendimiento con los nacionalistas. La dirigente popular vasca considera que ese eventual acercamiento a los nacionalistas no hace más que ayudarles en su estrategia de radicalización. Parece que el conflicto arranca, precisamente, de los deseos del PP, expresados en la referida ponencia política, de tratar de moderar las relaciones del partido con los nacionalistas, de modo que la soledad del PP en las Cámaras legislativas, como en la propia sociedad española, pudiera empezar a moderarse. Esta posición estaría defendida, en particular, por el ponente Soria, partidario de esa «modulación» del mensaje del PP en Cataluña y el País Vasco. Soria ha argumentado que al PP canario le ha ido bien cuando ha mantenido un diálogo político con Coalición Canaria, formación con la que forma Gobierno en el archipiélago. La ponencia, por cierto, llegará esta misma semana a los 3.025 compromisarios del congreso para que puedan presentar enmiendas. Apenas se conoció la actitud de San Gil y su abandono de la ponencia, ya se han producido voces favorables, como la de Gustavo de Arístegui, de pleno apoyo a la política vasca. Arístegui se ha unido a las voces discrepantes de la «candidatura oficial» de Rajoy: «Me hubiera gustado que se presentaran más listas», dice. Y también: «Llevamos sesenta días con la oposición desaparecida. A todo el que dé una opinión sincera no se le puede juzgar de desleal. Mucha gete me ha pedido que me presente»... Opiniones muy alejadas de las de su correligionario Francesc Camps, en perfecta línea Rajoy, que niega que el PP sea una jaula de grillos, y quien proclama su radical optimismo: «Sólo conocemos un candidato, Rajoy, nuestro cartel electoral para 2012, nuestro gran candidato del centro para ganar las elecciones generales cuando se convoquen. Y yo preveo una legislatura corta, porque veo al gobierno de España sin pulso, sin proyecto y sin iniciativa». Un nuevo resquebrajamiento en la estructura precongresual del Partido Popular. 1397124194