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Publicado por
VICENTE PUEYO
León

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¿FUE ayer cuando un Morano en albornoz dijo eso de «ábreme el matadero y vuelvo a comer»? Porque es que parece que no haya pasado el tiempo aunque ahora la pregunta nos la hacemos todos los ciudadanos: «¿cuánto tiempo nos queda hasta pasarnos sin remedio al planeta vegetariano?». Morano salió deslucido del empeño pero sacó tajada leonesista de aquella guerra que tuvo proclamas que quedarán para siempre en los anales del más genuino y marcial populismo: «Si me quieren maltratar a mí, que me maltraten, pero no se puede maltratar a la ciudad de León. ¡Viva León!». Vienen a la memoria aquellos días convulsos y deja estupefacto que 22 años después aún estemos donde estamos. ¿Lo del matadero es una maldición? ¿Una herida permanente que sangra envenenada? ¿O no será, simplemente, y sobre todo, un lamentable ejemplo, un síntoma muy inquietante de la incapacidad de los responsables municipales y de la Junta (ponga el lector el orden) para resolver las cuestiones realmente importantes? Esas que no permiten, salvo que se vaya por la vida a lomos de la más absoluta irresponsabilidad, mirar para otro lado sino que exigen voluntad, decisión y horas de trabajo. Sólo hay un aspecto positivo al leer este nuevo capítulo de esta novela de terror administrativo-político: las cosas han llegado tan lejos que, efectivamente, alguien lo apuntó el otro día, estamos en el «ahora o nunca». Pero mientras llega la ansiada cordura, las preguntas se van amontonando en la calle. ¿Si hace al menos 16 meses (preguntan los más directamente afectados por el cierre del Matadero y cualquier persona con sentido común) que las instalaciones estaban como ahora, ¿por qué no lo cerraron antes y lo hacen ahora? ¿Por qué no se han puesto al día antes, y conforme a las directrices de la Unión Europea, unas instalaciones tan importantes para el común de los ciudadanos? ¿No está un tanto trastocado el listado de prioridades de nuestro Ayuntamiento y de nuestra Junta autonómica? Si, como se subraya repetidamente desde la Junta, no puede hablarse de riesgo para la salud pública, ¿por qué se genera un conflicto que, si se desbocase, podría conducir a que lo haya? ¿Puede asegurarse desde la Junta que se está tratando con el mismo rasero a todos los mataderos de la comunidad? ¿Alquien puede explicar con cierto detalle cómo se pueden generar 750.000 euros de pérdidas en el 2007? ¿Cuál es el futuro que les espera a los 45 trabajadores del Matadero? ¿Vamos a pagar los ciudadanos, en forma de sanciones comunitarias, la inacción de nuestros responsables públicos? ¿No tenemos bastante con las últimas, o penúltimas, subidas de impuestos? Habida cuenta de las deficiencias que detalla la Junta, ¿no parece un tanto desmesurada la cantidad (un millón de euros para empezar a hablar) que se asegura necesaria para subsanarlas? ¿Cuándo dejarán de jugar con las cosas de comer quienes están en su privilegiado puesto gracias a nuestros votos ? Preguntado queda sin pretender hacer más sangre.