EN POCAS PALABRAS LETRA PEQUEÑA
Italia: inmigración a palos Coslada
LA NUEVA política italiana de mano dura contra la inmigración ilegal se ha empezado a notar: la policía finalizó una operación por todo el país contra el crimen y la inmigración clandestina. El despliegue, iniciado el pasado 7 de mayo en nueve de las 15 regiones administrativas, ha dado como resultado 383 arrestos, de los que la prensa informa que 268 son extranjeros. Los otros 105 serían italianos. Como resultado, se ha dispuesto la expulsión de 118 personas: 53 han sido acompañadas a la frontera y 65 han sido llevadas a centros de estancia temporal. Además, Berlusconi se dispone a criminalizar penalmente la figura de la inmigración ilegal, algo que no tiene precedentes en Europa y que ignora el manifiesto «estado de necesidad» de la mayor parte de los inmigrantes ilegales en la UE. Evidentemente, esta actitud tan rígida genera xenofobia. El problema de la inmigración por motivos sociales es muy complejo y no se resuelve simplemente a palos. LA SOCIEDAD española está perpleja por ciertos gestos políticamente inaceptables que no son compatibles con los criterios del buen gobierno, revelan una falta manifiesta de sentido de la responsabilidad y, en algún caso, lindan sencillamente con la corrupción. En el municipio madrileño de Coslada, donde acaba de descubrirse que el jefe de la policía municipal dirigía en realidad una mafia delictiva desde hace muchos años y bajo gobiernos de todos los colores, no se ha rendido responsabilidad política alguna. Por no dimitir, no sólo no ha dimitido el alcalde actual, socialista, ni siquiera el concejal de Seguridad, que alega no haberse enterado de nada, ni se han pedido cuentas a los sucesivos delegados del Gobierno en Madrid que hicieron oídos sordos a todas las denuncias. Y, en otro orden de cosas, el que acaba de ser jefe de la Oficina Económica de la Moncloa, cargo de evidente influencia, ha recibido el plácet oficial para ponerse al frente del lobby de los constructores españoles. El lobo viaja al corral de las gallinas. Todo esto forma un colosal escándalo que indigna a la ciudadanía y desacredita la política.