LA VELETA
El plazo de María
A MARIANO Rajoy le quedan cuatro semanas escasas para que María San Gil evalúe su grado de confianza hacia él, una vez que la ponencia política, innecesariamente larga, sea la que, punto por punto, propusiera la admirada política vasca, después, eso sí, de que José María Lasalle tratara incluso de engañarla metiendo por medio a Alicia Sánchez Camacho. «Tu ponencia es la de Mariano», se le dijo este mismo lunes por la noche. Pero María San Gil, al día siguiente y sin previo aviso, dio el paso que nunca antes nadie había dado en el PP y no se recuerda que en ningún otro partido. «No me fío de Mariano». Sus compañeros del País Vasco, atónitos, a día de hoy continúan sin dar crédito a lo visto y oído y en Génova creen estar despertando de una pesadilla. Pero no es una pesadilla, sino el lance más duro que ha recibido Rajoy. «Me van a intentar segar la hierba», ha confesado el líder popular dispuesto a llegar hasta el final, no sin antes reconocer que quizás si él hubiera estado más encima de la ponencia las cosas no habrían tomado un cariz tan peligroso. Cuando dijo esto, todavía María San Gil no había dicho en público que no se fiaba de él. Cuando lo escuchó, comprendió que las cosas tomaban derroteros de difícil retorno. No se puede afirmar que Rajoy esté gestionando bien la situación. La falta de autoridad se masca en las filas del PP y Génova «parece una casa vacía», según un «marianista». Los errores de Rajoy han quedado superados por mucho por el gran error de María San Gil. Se ha equivocado procurando al partido, más allá del propio Rajoy, una situación imposible y de manera especial al PP del País Vasco, que hoy lunes en reunión con San Gil va a tratar de poner arreglo a tanto desvarío. En Madrid, Mariano Rajoy se ha entrevistado ya con Gustavo Arístegui, nueva estrella mediática del PP, y en los próximos días lo hará con Mayor Oreja y otros. ¿Alguien puede creer que Rajoy ha dejado de creer que España es una nación de ciudadanos libres e iguales? ¿Alguien cree que Rajoy está entusiasmado con Ibarretxe? María San Gil, quizás sin quererlo, se ha convertido en el «gendarme» ideológico del PP, de manera que si de aquí a cuatro semanas no ha recuperado la confianza es, será, para muchos, señal de que el PP ha olvidado sus principios. ¿Qué tiene que hacer Rajoy? De momento, pasarse la mano por la cara para aliviar «la bofetada que le ha dado María».