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EN POCAS PALABRAS LETRA PEQUEÑA

Ibarretxe no entiende nada El destino

Publicado por
PEDRO VILLALAR
León

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EL PRESIDENTE del Gobierno recibe hoy al Ibarretxe, quien concedía ayer unas declaraciones a El Periódico de Catalunya . El propio medio describe así la actitud del jefe del Gobierno vasco: «No tiene ninguna duda. No hay manera de que acepte que las cosas discurrirán de forma distinta a como él las prevé. Ibarretxe dice estar convencido de que Zapatero, y él llegarán a un acuerdo para convocar la consulta que se comprometió a celebrar en octubre. Tan convencido está, que niega tener un plan B, o que se plantee tirar la toalla si se cae su castillo de naipes. Sólo después de insistir en qué pasará si las cosas no van así, toca a rebato: «seguiremos nuestro camino si Zapatero no acepta la mano tendida». ¿Estamos ante un visionario o ante un personaje maquiavélico?. Lo cierto es que nada puede hacerse al margen de la Constitución y de las leyes, y la fórmula que propone es un disparate jurídico que no puede cuajar políticamente. UN HECHO luctuoso fortuito ha cambiado el equilibrio interno del Tribunal Constitucional y, por ende, el panorama político. El final trágico del magistrado conservador Roberto García-Calvo, enterrado ayer en La Bañeza, abre la puerta a la declaración de constitucionalidad de varias leyes polémicas aprobadas durante la legislatura anterior y, sobre todo, a la reforma del Estatuto de Cataluña. Y llevará seguramente al PP a aceptar la renovación de los puestos cesantes del Tribunal: ya no tiene sentido la inflexibilidad. Escribió Garaudy que el azar es el modo en que se manifiesta la necesidad. La actual mayoría política corroborará el aserto. Pero es muy triste que el destino de los pueblos quede a merced de los vientos de la casualidad. Todas las maniobras políticas (en ocasiones, inconfesables) que se han realizado para conseguir que el TC se deslizara en un sentido o en otro se han estrellado, en fin, en la inexorabilidad de la vida y de la muerte. La realidad es, a veces, obscena, y éste es el caso: no serán la razón ni el Derecho las pautas que esta vez marcarán nuestro destino.

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