Ibarretxe de idea perenne

SORPRENDIÓ ayer que el lendakari Ibarretxe saliera defraudado de La Moncloa, lo cual vino a demostrar que su esperanza de alcanzar un acuerdo con el presidente Rodríguez Zapatero no era fingida, sino sincera. No se entiende, sin embargo, en qué apoyaba su esperanza Ibarretxe, cuando le habían adelantado tanto Rodríguez Zapatero como sus portavoces áureos, entre ellos el ministro Pérez Rubalcaba, poseedor de todas las claves del Gobierno, que iniciativas por cauces al margen de la Constitución, ni una. Y esa consulta a la sociedad vasca en la que el lendakari se ha empeñado, y que no va a realizarse, discurriría por un cauce claramente anticonstitucional. No es la primera vez que Ibarretxe se muestra no sólo inasequible al desaliento, sino dispuesto a continuar sin desalentarse en la tenaz insistencia de su objetivo estrella: consultar a la sociedad vasca si quiere ser como él quiere que sea, u otra cosa, inimaginable por supuesto en la estimación del lendakari. Ya el plan estatutario y altamente soberanista que llevaba su nombre se estrelló en la pasada legislatura en el Parlamento español, y la consulta/referéndum que ahora anda promocionando, y a la que piensa envolver en un refrendo del Parlamento vasco, se estrellará ciertamente contra una sentencia judicial, si es que el PNV, la misma realidad política y sus reservas de sentido común, por bajo que esté el nivel del depósito, no consiguen que la iniciativa se aparque indefinidamente. Dijo Rodríguez Zapatero que el tema de las elecciones lo había sacado Ibarretxe, aunque luego hablaron un rato sobre él, pero el lendakari, nada más salir de su entrevista con el presidente, dijo que lo había encontrado enrocado y a la defensiva, y que lo único que tienen el PSOE y el Gobierno en la cabeza son la selecciones vascas. «Y quien sólo tiene en la cabeza elecciones, no tiene soluciones». Al presidente le extrañó que un político ya de larga trayectoria no considere lo que de solución tienen las elecciones, y por eso le había explicado cómo las últimas y recientes generales han aportado soluciones al devenir del país y ha situado a algún partido en el trance de buscar soluciones para sí mismo. Pero Ibarretxe no pierde la esperanza de acordar con Rodríguez Zapatero el arranque de una solución, lo cual sugiere que la iniciativa soberanista y anticonstitucional va a seguir dando guerra, sobre todo al PNV, cuyo amplio sector moderado y pragmático siempre ha gustado de compartir con el PSOE el ambiente de entendimiento, convivencia, progreso económico y social, y los esfuerzos en innovación que ayer glosaba el presidente. Pero nada que suponga un viaje a ninguna parte. Las cosas han quedado muy claras, matizó el presidente, y no podía ser de otra manera porque claras ya estaban las cosas antes de iniciarse la reunión de ayer, con un lendakari defendiendo un proyecto anticonstitucional y un jefe del gobierno de la nación que no va a permitir desvíos por las afueras de la Constitución. Rodríguez Zapatero no entiende bien por qué fue Ibarretxe a La Moncloa con una iniciativa que en ningún momento negoció con dos fuerzas políticas, PP y PSE/PSOE, que representa a media sociedad vasca. Y, muy probablemente, no a todo el PNV.