Adiós laboral a Miguel

PRECISAMENTE hoy volveremos a encontrarnos como lo que hemos sido durante más de tres decenios: compañeros. Y sin embargo amigos, frase hecha que en este caso es válida. Porque después de haber trabajado juntos en este periódico durante casi 35 años de los 47 que tú has estado en Diario de León, el día a día nos ha llevado a coincidir en muchas cosas y también a discrepar en otras, pero siempre sabiendo cada uno cuál era su papel y que las discusiones o enfados de un momento dado no significaban nada después. Como todo llega, también te ha llegado la merecida hora de la jubilación, que sé que en tu caso es auténtico júbilo, porque sabes disfrutar del tiempo y de la gente que te rodea. Siempre tendrás algo que hacer, porque no puedes estar quieto, pero también sabes detenerte a charlar o a tomar un vino y ayudar a quien lo pida. Más de media vida juntos, muchas horas cada día, nos han unido como una especie de familia que ha sufrido avatares tristes y también alegres que ayudan a sobrellevar la existencia. Y es que los de Pablo Flórez tenemos un sentido especial de la unión laboral, pese a las discrepancias. Te vamos a echar de menos, Miguel, como seguro que tú nos echarás a nosotros y te sentirás raro por no coger el coche cada noche para subir al periódico. Tú lo tienes más fácil, porque seguirás oyendo hablar de él cada vez que estés con tus hijos Miguel y Celia, a quienes pasaste el testigo e inoculaste tu amor por el Diario, que seguirás leyendo cada mañana. Pero hoy todavía podemos disfrutar de tu compañía y por eso nos reuniremos en un almuerzo para celebrar contigo el momento del adiós. Adiós alegre porque no todo el mundo lo consigue. Felicidades, Miguel.