LA VELETA
Rajoy resiste
ENTRE LOS GRITOS de dimisión de la calle de Génova, sede del PP, y los gritos de entusiasmo y apoyo del mitin de Almería, Mariano Rajoy vive continuados de pasión y gloria, y puede comprobar en qué medida hay de todo entre sus propios correligionarios: de un lado, están quienes quieren crucificarlo y prescindir de él cuanto antes. Y de otro lado, los de quienes quieren darle una nueva oportunidad para rehacerse y llegar a la Moncloa en 2012. Esa es, de momento, la principal baza de Rajoy: que no tiene rival, por más que él mismo la ha reclamado ya, consciente de que sería lo mejor que pudiera sucederle para aplacar algunos ánimos ya muy exaltados de sus enemigos acérrimos, como los de algunos periodistas estrategas que se lanzan al cuello y a la yugular del candidato para quien pedían el voto hace menos de tres meses. Rajoy parece que está aplicando, en esta hora, el consejo de su paisano Cela, para quien aguantar y resistir era equivalente a vencer, aunque en esta situación de personaje controvertido unos días disfrute de los aplausos y otros de los improperios. O incluso de ambas cosas el mismo día... En esa relación de adversarios que han salido como hongos al paso de Rajoy en las últimas semanas -desde Esperanza Aguirre y sus acólitos a María San Gil, Ortega Lara, Jaime Mayor Oreja, el matrimonio de Aznar y Botella, Gustavo de Arístegui y tantos otros, que hacen tanto ruido mediático- se acaba de añadir el ex secretario general del PP, Álvarez Cascos, que sólo aparece en las grandes ocasiones, y que ahora critica que Rajoy calificara de victoria a su derrota del 9-M. Es curioso comprobar que quienes hace unas pocas semanas pedían enfervorizadamente el voto para Rajoy y el PP ahora hablen de un PP como partido desnortado y con un líder que no se sabe en qué dirección se mueve y que calla cuando debería hablar o viceversa, o que se apoya en un pasado caduco como el que representan Fraga y Gallardón. El PP ha perdido el norte proclama una voz que combate ahora con igual ardor a quien antes apoyó con entusiasmo. ¿Es recuperable Rajoy con o sin candidato alternativo? Muchos ya empiezan a dudarlo, y prefieren sostener que estas semanas de mayo han echado tierra al cadáver político de Mariano Rajoy, en la misma medida en que él dio tierra a Zaplana, Acebes y a otros de sus colaboradores heredados del aznarismo que ahora le pasa factura...