Mil detenidos sin carné Agua e ironía

DESDE EL PASADO 1 de mayo, fecha en que entró en vigor la reforma del Código Penal que tipificaba como delito conducir sin haberse sacado nunca el carné o habiendo perdido todos los puntos, 1.014 conductores han sido detenidos y puestos a disposición judicial. De ellos, la inmensa mayoría, 939, nunca había pasado por la autoescuela, 53 tenían el permiso retirado cautelarmente, 11 conducían sin carné al haber perdido todo el crédito de puntos y a otros 11 se les había retirado el carné de forma definitiva por decisión judicial. Con carácter preventivo, la DGT comenzó a enviar el pasado mes de marzo una carta a los 25.000 conductores denunciados en 2007 por circular sin haberse sacado el carné, avisándoles de la entrada en vigor de la reforma el 1 de mayo. Las cifras publicadas son preocupantes. Ahora sólo falta que el celo en la detección de estos infractores se aplique igualmente a la búsqueda de los automóviles sin asegurar. ES UNA IRONÍA del destino: unas inoportunas y nada extraordinarias inundaciones están afectando a la exposición universal sobre el agua que Zaragoza presentará al mundo dentro de unos días. La pertinaz sequía ha cedido para cerrar un ciclo más de nuestros atormentados e irregulares procesos hidrológicos. El Estatuto de autonomía de Aragón, en una disposición dudosamente constitucional, reserva para cada aragonés más de 5.000 metros cúbicos por habitante y año, cinco veces más de la disponibilidad hídrica que en promedio corresponde a cada español. Y además, Aragón ha encabezado la oposición política a los trasvases. La descarada insolidaridad en lo tocante a un bien primario de primera necesidad ha adquirido en Aragón entidad sociológica y consistencia jurídica. Así las cosas, la contemplación de la exposición inundada añade perplejidad al evento que se celebra. Una gran avenida no restaña la secular sequía pero describe perfectamente la avaricia de una región que debería haber gestionado mejor sus intereses, en cooperación fraterna con todas las demás.