Incertidumbre

LAS ENCUESTAS reflejan perfectamente la incertidumbre y la preocupación popular por la situación de la economía, catastrófica para la oposición y en desaceleración para el Gobierno. Pero ese sentimiento popular no parece afectar a la fortaleza política del Gobierno y de su partido, como se desprende de los datos de la muy creíble encuesta que acaba de publicar El Periódico de Cataluña y que arroja una diferencia de ocho puntos en las expectativas de voto entre el Partido Socialista y el Partido Popular, lo que significa, entre otras cosas, que el partido de la derecha empieza a pagar la factura de su crisis interna, algo que no sucedía apenas en la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas de hace unos días, la que arrojaba una diferencia de seis puntos, porque el trabajo de campo estaba realizado cuando esa crisis del partido de Rajoy todavía no había alcanzado la gravedad que luego hemos visto. Ahora habrá que esperar a la celebración de su congreso, del 20 al 22 de este mes de junio, para ver qué pasa con las encuestas posteriores, que también podrían reflejar algo relacionado con la política del Gobierno en la lucha contra la crisis económica. Tengo la impresión de que el Gobierno se está tomando la evolución de la crisis económica con más tranquilidad de la debida, al tiempo que se quita culpas de encima y carga la mano en los pésimos datos que vienen de fuera, y al tiempo que carece del necesario acicate de una oposición fuerte y actuante, que por el momento no existe. En la oposición y medios adláteres se ponen pesadísimos con la acusación de que el Gobierno no dijo y no dice la verdad sobre lo que sucede, pero sin aportar sugerencias útiles, ya que no soluciones, que es la otra gran faceta de la actuación opositora. No se entiende por qué el Gobierno se comporta así, ya que nadie le iba a reprochar que hablase con toda claridad, llamase a las cosas por su nombre y reconociese los grados y la gravedad de la crisis. Sobre todo teniendo en cuenta que las elecciones generales acaban de celebrarse, victoriosamente para ellos, y que no hay ninguna otra cita electoral inminente que les pueda inquietar.