Diario de León
Publicado por
EMILIO GANCEDO
León

Creado:

Actualizado:

RECONOZCO haber hecho un descubrimiento que por el momento me tiene fascinado: las televisiones autonómicas. A ver, ya las había visto antes, claro, algún retazo de aquí y allá, hace ya tiempo, cuando aún estaban en mantillas, con ese aspecto de telecinco mamachicho, con sus decorados cutres y sus presentadores bigotudos. Recuerdo la ETB que pillábamos en Navarra y su Goenkale (una especie de médico de familia euskaldún), que era el único ocio televisivo que consumían los más fanáticos, o la pasión con la que los escolares gallegos seguían Bola de Dragón en la teuvegá (que allí tenía el extraordinario y galaiquísimo nombre de As bolas máxicas ). Ahora sigo con pasión los conciertos de timple en Canarias TV (todo galas, el paraíso de don José Luis Moreno); las risas enlatadas de Canal Sur y esa seriedad (tronchante) con la que intentan dar empaque a Telemadrid. Hay en todas ellas cosas curiosas: la presencia casi constante del humor y de los dibujos animados (convenientemente doblados a la lengua autóctona), los muy sesudos informativos ofrecidos en el acento del país y una asombrosa recurrencia, en programas, veladas y especiales, a los tópicos más manidos de cada una de las «comunidades históricas». Y algo más: con la televisión digital, estos canales pueden verse ya en todo el país, pero es que deberían haberse podido ver desde sus más inmediatos inicios, no sólo porque los pagamos todos, sino porque así se eliminarían muchos malententidos y suspicacias (algunas cometidas de manera muy consciente) y se acabaría en parte con esa sensación de compartimentos estancos que ofrece el actual estado autonómico. En segundo lugar, algo obvio. ¿Por qué unos pueden dar a conocer su cultura -a veces de forma sonrojante, sí, pero otras con productos cabales, de altísima calidad-, y otros no? Queremos una tele que hable de aluches y filandones, chiflas y tamborines, sebes y templarios; una tele leonesa que hable de nuestros topicazos y quizá, con el tiempo, también de lo sublime. Qué coño, todo el mundo quiere tener unas bolas máxicas .

tracking