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Publicado por
CHARO ZARZALEJOS
León

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SIN RETORCER el lenguaje, sin ocurrencias de última hora, resulta que una mujer, María Dolores de Cospedal, va a ser la responsable directa del partido con más militantes y afiliados de Europa. Ha sido el suyo el nombre «mágico» que ha evitado vértigos sobrevenidos al ya convulso PP. No en vano Cospedal llega al cargo bien curtida. La «descubrió» Javier Arenas y luego trabajó con Esperanza Aguirre y Ángel Acebes. Abogado del Estado, trilingüe perfecta, madre soltera por inseminación artificial, suave en las formas y determinante a la hora de tomar decisiones, ha sido ella la que consiguió que José Bono dejara de ser percibido como imbatible. Le sobran méritos. Además, Cospedal irá inmediatamente acompañada de Esteban González Pons, un auténtico cautivador, con un pensamiento político potente. Tiene todas las características para ser un gran reclamo mediático y no defraudar. En la mayor parte de las ocasiones será la voz oficial de Génova. Y para eso le quiere Rajoy. El será de modo habitual el que hará el contrapeso a José Blanco .El equipo, un buen equipo, lo completan Javier Arenas, todo un «pata negra» del PP, y Ana Mato que, afortunadamente, es una más de cuatro y no la secretaria general como en algún momento se barruntó. Rajoy ha roto su silencio a través de un breve comunicado y después de que ayer mismo por la mañana cerrara de manera definitiva su decisión. Los «elegidos», salvo Arenas, se enteraron de su destino un par de horas antes que todos los demás. La formación del núcleo duro no ha sido tarea fácil. Todos los elegidos lo son por Rajoy, pero Rajoy no ha hecho nada que no haya gustado a otros muchos vips, entre ellos a Paco Camps, que es de los pocos que tiene línea directa con el presidente del partido. El equipo es bueno en la medida que no ha salido ni una voz discrepante. Su efecto balsámico ha sido inmediato .Esperanza Aguirre ha anunciado que votará a Rajoy y su consejero Granados, igual. En el País Vasco se ha pasado página, no sin dolor, al agujero negro creado por María San Gil y como por ensalmo, los críticos se han diluido, se han convertido en irrelevantes. Nada más legítimo que la discrepancia e incluso la oposición a un líder concreto. Pero cuando el balance es el que es, se comprueba hasta qué punto detrás de algunas posiciones -no de todas- no había más que la fugacidad del minuto de gloria que proporciona salirse de lo oficial sin saber a donde se quería ir y, lo que es más curioso, con quien se quería ir, porque en el fondo Juan Costa nunca fue el elegido por los no «marianistas». El Congreso que hoy se inicia en Valencia, y salvo que algunos se empeñen en lo contrario, puede ser un buen congreso al que Rajoy, pese a sus errores y siempre pertrechado en su silencio que ha resultado al final ser muy sabio, llega más fuerte de lo que apenas hace un mes cabía sospechar. En política a veces el resistir es la única garantía de éxito y no cabe duda de que Rajoy ha resistido. El PSOE está a la espera de que finalice la cita de Valencia y algunos relevantes socialistas advierten, se advierten a sí mismos, que «el PP va a salir fuerte». Tiempo al tiempo, pero, y sobre el papel, Rajoy ha logrado un buen equipo y no lo ha tenido fácil.