Diálogo social y crisis

O CRISIS con diálogo social. Lo cierto es que el Gobierno de un lado, con Zapatero y cuatro ministros más, y los máximos dirigentes de patronales y sindicatos, dieron comienzo ayer al diálogo social de la presente legislatura. Un diálogo que se inicia «con la construcción caída y el Euríbor disparado». Y con el presidente que sigue sin hablar de crisis, si bien pide austeridad ante las dificultades objetivas importantes. Eso sí, ha sorprendido el presidente, al hacer el resumen de los acuerdos adoptados, por los largos y complacientes plazos consensuados con sus interlocutores: Quiere que el 31 de julio haya quedado acotado el contenido de estos diálogos. Transcurrirá, por tanto, más de un mes hasta una nueva reunión «con los primeros papeles», lo que permite suponer que las siguientes reuniones y las primeras decisiones «serias» pudieran producirse, tal vez, ya después del verano. ¿Es tan grave la situación económica», o esas «dificultades objetivas» son tan importantes que pueden pasar meses sin afrontarlas? Es evidente que en esos primeros papeles y esa «hoja de ruta» que el gobierno dará a conocer a sindicatos y patronal estarán los criterios de ejecución de los presupuestos para el año que viene, y el correspondientes cuadro macroeconómico. De los presupuestos hay ya una primera impresión, expresada por el propio Zapatero: serán de austeridad, como corresponde a los malos tiempos en que nos hallamos. Y del cuadro de previsiones macroeconómicas, también se sabe que bajan y bajan sin cesar tales pronósticos, sin que todavía se pueda adivinar lo que sucederá más allá de tres o cuatro meses. Es una crisis dura, pero de duración previsible difícil de especificar. Qué duda hay de que en dos o tres meses se conocerá muchísimo mejor el alcance de la crisis en sectores afectados y número de parados... En todo caso, el diálogo social, en su sesión inaugural, sí dejó tras de sí un acuerdo y un compromiso: No se aplicará ninguna reforma laboral que no haya sido consensuada con Fidalgo, Méndez y Díaz Ferrán. Méndez aprovechó la oportunidad para reclamar que, como primera medida, se atienda la cobertura de quienes se vean en el paro en esta fase de contracción de la economía. En cuanto al jefe del Gobierno también quiso dejar clara una replica hacía al gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez. Si bien éste sugería la conveniencia de determinar alguna medida que diera mayor solidez a las pensiones, Zapatero le daba réplica con su afirmación de que el sistema de pensiones es sólido. Y una constancia más: Será el propio presidente quien lleve las riendas del diálogo y no el Ministerio de Trabajo, como había sucedido anteriormente con su anterior ocupante, Jesús Caldera.