Diario de León

CRÓNICA SEMANAL

Ibarretxe ya tiene su juguete

Publicado por
MANUEL CAMPO VIDAL
León

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NADA ES TAN INCIERTO como el futuro político de Ibarretxe pero ya podrá volver a tranquilo a casa habida cuenta que en su día declaró: «Si no propongo la consulta, sentiría vergüenza al mirar a mis hijas». Ya la ha propuesto, con un voto prestado del PCTV, a su vez autorizado por la dirección de ETA, y ya sabe que la consulta no se celebrará porque el Tribunal Constitucional no la aceptará por vulnerar la legalidad. Pero eso es lo de menos: Ibarretxe ya tiene juguete. Al lendakari no parece importarle que su iniciativa salga adelante con un Parlamento profundamente dividido, reflejo del país que dirige, ni que el Consejo Consultivo Vasco se dividiera también al considerar la legalidad de la propuesta. Patxi López, el secretario socialista, se lo dijo claramente: «Euskadi, hasta que usted llegó, se construía siempre con consenso. Y ahora que hasta su propio partido está dispuesto a llegar a acuerdos entre vascos que sentimos de manera diferente, se demuestra una vez más que usted nunca ha pretendido el consenso». Es la fotografía en una frase de la otra desgracia del País Vasco. La primera ETA, que dura ya más que la dictadura de Franco. La segunda, Ibarretxe, expresión institucional de la intolerancia de Arzallus y Eguibar. Atrás quedan los tiempos del Pacto de Vitoria, del consenso Ardanza-Jáuregui, de la esperanza suscitada por Josu Jon Imaz, presidente del PNV e incluso por su sucesor Urkullu. Esa votación 33-32 en el Parlamento de Vitoria esconde varias fracturas porque buena parte de los diputados peneuvistas del grupo de Ibarretxe están en contra de su propuesta. En ese bloque andan los diputados de EB, la Izquierda Unida vasca, responsables en parte del retroceso de IU en el resto de España. Y además la tensión entre las fuerzas del tripartito de Vitoria es altísima. Pero Ibarretxe ya tiene juguete. Nada hace más feliz a un nacionalista vasco que proponer algo y que en Madrid se le diga que no. José Blanco, número dos del PSOE, en una conferencia en Madrid, el miércoles, lo simplificó así: «No le den vueltas, que es lo mismo. Propuso el Plan Ibarretxe y no salió adelante. Ahora propone la consulta y tampoco saldrá». Al ser presentado, de Blanco se dijo: «No es un gallego de los que se dice que no se sabe si suben o bajan. José Blanco claramente, sube». El empresario Luis del Rivero, comentó en la mesa, en la que estaban también Julio Gayoso, Villar Mir y otros empresarios: «Sube. Y lo vamos a ver de ministro de Fomento en pocos meses». Lo cierto es que su intervención a unos les pareció más moderada y a otros más amable. Gayoso lo definió así: «Parecía más como de «hombre de estado», por decirlo de algún modo». Debe pasar algo cuando tantos aprecian síntomas de cambio. Mientras todo esto sucedía esta semana, la economía empeoraba, el PP se moderaba y en el rostro del presidente Zapatero aparecían rasgos de preocupación. «¡Como ha envejecido el presidente»!, apreciaba un grupo de empresarios el otro día. No es para menos. El sabe que la crisis -o «la cosa», como ironizó Blanco- es peor de lo que cuentan. En la reunión interna de la Confederación de Cajas de Ahorro en París el pasado fin de semana se dieron datos muy serios. Y el Banco de España ha sido claro: guarden dinero de la obra social en el capítulo de reservas. Y a la necesidad de ahorrar se aferró Esperanza Aguirre para liquidar a los «marianistas» de su Gobierno. Excusa débil. Rajoy ganó pero Esperanza no se conforma. Por delicadeza podría haber esperado algunos meses pero la «dama de hierro» es impulsiva. No soportó que Mariano le mantuviera la cuota de su gente en la dirección pero le cambiara los nombres. Prescindió de los que se habían enfrentado con él. Y ella de los que se habían acercado a Rajoy. El armisticio no está firmado. Pero el argumento de que los ha liquidado por ahorrar no se aguanta porque trató de sustituirlos sin éxito. Haciendo honor a su nombre, Esperanza ofreció carteras de gobierno, como bote salvavidas, para Manuel Pizarro y Juan Costa, otros náufragos del sector crítico. Pero de momento seguirán nadando solos, seguramente hacia la orilla empresarial de nuevo. Las aguas políticas estaban más frías y revueltas de lo que pensaban y Mariano no les tiró un cable para subirlos a bordo.

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