EL MIRADOR EL BAILE DEL AHORCADO EL RINCÓN LAPIDARIO AL VUELO JUAREZ
Por agotamiento político Ingrid Programa de festejos
NI ZAPATERO ni Rajoy son dos personalidades hiperdinámicas. Propenden a tomarse un descanso, por lo menos el séptimo día. Rajoy acaba de pasar por un congreso de su partido y Zapatero está a punto de rematar el suyo. Solventados los problemas de qué bañador ponerse y cómo mejorar el bronceado, los políticos ya están listos para irse de vacaciones después de un curso político notablemente agitado. Ciertamente, el hecho central fue la jornada de marzo que acabó por reentregar el poder al PSOE de Zapatero. Ahora necesitan descansar porque, de no ser por el calendario, el curso hubiese terminado casi por agotamiento político. Para Rajoy, hacerse con el control de mandos del PP no ha sido coser y cantar. Después de las duras labores del congreso de Valencia, ahora le quedan algunos flecos: en Cataluña, por ejemplo, y en Baleares. Pero lo más peliagudo ya está zanjado. Solo falta por ver que instinto de duración muestra Rajoy. Su nuevo equipo tiene consistencia y fortaleza. Siga o no minimizándola, a Zapatero la crisis económica -tal vez concretada en estanflación- le puede causar un daño político hoy por hoy incalculable. Solbes es hombre de fiar pero el PSOE tiene sus viejos instintos y una extemporánea proclividad al gasto público. Zapatero quizás se refugie en la introducción de nuevas iniciativas respecto a la eutanasia o al laicismo pero las encuestas indican que la percepción de la aparatosa desaceleración económica ya ha calado mayoritariamente en la opinión pública española con lo que las cortinas de humo serían de efecto muy transitorio. Parece que hasta ahora Zapatero nunca había visto de tan cerca el toro, el momento de la verdad. Es lo que pasa cuando uno se acostumbra al paisaje de las vacas gordas. Lo que ahora se constata es que no bastaba con surfear en la fase de crecimiento económico que habían propiciado los gobiernos anteriores. Así como son la globalización y en general la economía de nuestro tiempo, no hay ocasiones para reposar a la sombra y hacer recreo en tareas de tanta porfía como la mejora de la productividad, gran asignatura pendiente de la economía española, y mucho menos cuando la coyuntura mundial presenta un petróleo muy caro y un incremento sustancial del precio de los alimentos. Regresa la inflación a los escenarios del nuevo siglo. Toda Europa está en lo mismo pero en casos así los males ajenos consuelan poco. Aquí cada uno tiene que navegar por su cuenta. La globalización y la integración económica europea son para lo bueno y para lo malo. Uno no puede bajarse de esos trenes cuando la locomotora renquea. Los españoles han decidido comenzar a gastar menos en sus vacaciones, aunque con mesura. Como decía una buena señora entrevistada en una playa levantina, si antes nos tomábamos dos o tres aperitivos, ahora solo nos tomaremos uno. Afable talante para afrontar una crisis que va a durar largos meses, meses interminables. De uno u otro modo, en algún momento percibiremos el efecto de la subida de los tipos de interés decidida por el Banco Central Europeo. Mientras tanto, el petróleo será tema de conversación en la piscina, aunque no de tanta intensidad como los comentarios sobre el nuevo lifting de la vecina del quinto. INGRID Betancourt ha sido liberada por el ejército col ombiano en una operación de libro en la que, con toda probabilidad, Uribe habrá recibido ayuda de Estados Unidos. Es una victoria doble. Primero porque se ha devuelto la libertad a un símbolo de la democracia. Además, ésta es también una batalla ganada a la sinrazón de todos los que han estado clamando por la negociación con las Farc y la intermediación del golpista venezolano. La liberación ha puesto a cada uno en su sitio. Para empezar al presidente colombiano, que ha demostrado que es posible destruir a los terroristas sin ceder a su chantaje. También ha retratado a personajes como el presidente de Ecuador -«es algo que el mundo estaba esperando, lástima que no se haya dado en el marco de un proceso de paz sino por un rescate»- o Evo Morales, que reclamó que continúen los acuerdos para la liberación mediante el diálogo. En fin, diálogo. No creo que se pueda hablar con quien secuestra niños de siete años, asesina a agricultores y ganaderos porque no tragan con su negociete de la droga, mantiene durante años a los secuestrados atados con grilletes al cuello y les amenaza con «responder por ellos» -bonito eufemismo para asesinar- en el caso de que intenten escapar. Para dialogar hay que sentar unas bases previas. Ambos participantes deben estar de acuerdo en que utilizan el mismo lenguaje y emplearlo además con corrección, sin trampas semánticas. Pero, incluso en ese caso, puede darse la situación de que una de las partes no esté dispuesta. Me explico. Por mucho que intente ser tolerante con mi interlocutor, no puedo admitir que dos y dos son cinco. Es un imposible metafísico. Como convencer a un asesino de que no lo es. NO HAY QUE GRITAR ¡fuego! En un teatro cuando alguien ha quemado una alfombra con una colilla, pero tampoco hay que mantener la boca cerrada cuando las llamas envuelven, dispuestas a despacharla, a la gorda que es la que siempre hace el combate final en las óperas. No querer alarmarnos por la situación económica, adelantando desfallecimientos, ha sido una actitud encomiable hasta que ha dejado de ser ninguna de esas dos cosas. Se pensó que en una época donde no iba a cundir el dinero no convenía que cundiera el pánico, pero ahora la situación es distinta: al dinero no se le ve por ninguna parte y el miedo está presente en todas. El vicepresidente económico, Pedro Solbes, tiene un diseño facial bastante apropiado para transmitir noticias infaustas. Las ha guardado durante mucho tiempo y quizá por eso se le han inscrito en su rostro. Se le empezó por cerrar un ojo y ahora os balances desfavorables le resbalan por los recubiertos pómulos. Además le fotografían siempre en los desayunos informativos. Quizá tuviera otra cara en la sobremesa, después de haber almorzado adecuadamente. Nadie duda de que Solbes es una persona responsable, pero no puede responder de los rumbos que tome la economía. Depende él de ella y no ella de él, pero quizás haya que reprocharle su brusco tránsito del bienestar unánime a la catástrofe generalizada. «Crecemos menos del 0,3%, el IPC no ha tocado techo y lo peor está por venir», ha dicho. El programa de festejos que le ha elaborado a los españoles no parece demasiado atractivo. No merecemos que sea tan sincero con nosotros. Ocurre igual que cuando le decimos a alguien que no somos dignos de su amor: es preferible que esa persona se vaya dando cuenta poco a poco y por sus propios medios. «Más allá de las quejas y excepciones, percibo una España generosa. Decir que la culpa es del inmigrante supone ver el árbol y no el bosque. Bien distinto es el amor propio al propio amor. Lo primero es egoísta, lo segundo solidario» GREGORIO NÚÑEZ Inmigrante argentino en España «Ser madre te cambia por completo y en todos los sentidos. No quiero que mi hijo vea esta película, jamás» NAOMI WATTS Actriz, estrena la versión americana de «Funny Games» «A veces para conseguir la esperanza tenemos que echar mano de un ser superior que nos ayude a afrontar el presente y dar soluciones para el futuro» MANUEL A. RABANAL