Diario de León

LA VELETA

La «no crisis» y la «no patata»

Publicado por
CONSUELO SÁNCHEZ-VICENTE
León

Creado:

Actualizado:

TODO el mundo empeñado en que El presidetne Rodríguez Zapatero llame crisis a la crisis, y el pobre, que no, que para que haya una crisis tiene que haber dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo de la economía y eso no ha ocurrido... Tan pesados nos hemos puesto que en la entrevista que le hicieron el martes en Antena 3 se rindió tras resistir desde el 9-M como un jabato. «Pero dígalo ya, dígalo esta noche», le insistía la directora de informativos de la cadena Gloria Lomana. Bueno, «en esta crisis, como ustedes quieren que diga...», dijo al fin el presidente, aunque eso sí, con una cara de ceder no a la evidencia sino a la ignorancia que, por un momento, salvando todas las distancias, pensé, mira, como cuando Galileo Galilei pronunció su famoso «y sin embargo se mueve» después de tener que retractarse de su descubrimiento de que es la tierra la que gira alrededor del sol y no al revés, para que la Inquisición no le mandase a la hoguera por hereje. Por no oírnos, vamos. Si en vez de español Rodríguez Zapatero fuera inglés, podía haber eludido el cerco de Lomana apelando al Tribunal Supremo británico, que acaba de sentenciar que las conocidas patatas fritas Pringles no son en realidad patatas; el fallo se ha producido en un juicio que entabló en 1994 la empresa que las fabrica con la Hacienda del gobierno de Su Graciosa Majestad, para ahorrarse el IVA. Si las Pringles fueran patatas fritas, como todos creíamos, tendrían que pagar un 17 por ciento de IVA, pero son una «no patata». El argumento es tan curioso como el de la «no crisis», no crean que esto de matar el rato discutiendo sobre galgos y podencos es algo hispano español. Lo que la empresa de las Pringles sostenía y el Supremo británico ha hecho suyo este criterio, que este popular «snack» no se puede considerar en realidad patatas fritas, porque su «forma regular» no se encuentra en la naturaleza, por su «color uniforme», porque se «deshacen en la boca», y porque ningún tipo de patatas fritas, excepto éstas, contienen harinas y van empaquetadas en envases con forma de tubo. Y aquí acaba el paralelismo. En el cuento de la no patata la rana ha resultado ser un príncipe. En el de la no crisis, por desgracia, sigue siendo una rana. Resistir va suponerle a los pringles un ahorro de millones de libras que -dicen- hará bajar el precio de sus no patatas. Dicen, ya veremos. Según todas las previsiones de todos los expertos, por el contrario, la factura de la crisis seguirá sumando números rojos le llamemos como le llamemos nosotros y el presidetne del Gobierno.

tracking