TRIBUNA
25 años de autonomía y de victimismo leonés
Se usa desde hace muchos años el término «victimistas» para todos aquellos leoneses que, no estando de acuerdo con la existencia de la autonomía conjunta de Castilla y de León, se dedican a reclamar lo que en justicia debería correspondernos. Victimismo según la Real Academia Española es: «tendencia a considerarse víctima o hacerse pasar por tal». La definición claramente alude a «considerarse» o «hacerse pasar», por lo tanto, si eres victima, no puedes ser a la vez victimista. A partir de aquí comienza la discusión: ¿Somos víctimas de esta comunidad autónoma en la que se nos obligó a participar? Hay mucha gente que considera que en estos 25 años hemos crecido económicamente, y es verdad, ha crecido nuestra economía, pero esto en realidad no deja de ser un espejismo. Con los datos objetivos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en la mano, se demuestra que hemos crecido mucho, pero a un ritmo mucho menor que el resto de la autonomía. Y este crecimiento es aún menor en relación a Castilla solamente. En el periodo de 1983 (año de creación del ente autonómico) a 2005 (últimos datos que ofrece el INE) el Producto Interior Bruto (PIB) (con el que se mide la riqueza) de la provincia de León, se ha multiplicado por 5,33, lo que sería un buen dato, si no fuese porque el crecimiento medio de la Comunidad Autónoma fue de 5,84, y, como siempre, nos quedamos por debajo de la media. Siguiendo con las comparaciones, el crecimiento del PIB de las 3 provincias leonesas fue de 5,52, mientras la media de crecimiento del PIB en las provincias castellanas fue de 6,04, casualmente en esta comparación también salimos mal parados. Más datos: en 1983 el PIB de las provincias de León y de Valladolid (comparación de nuestros mayores desvelos) era prácticamente idéntico, mientras que en 2005 el de Valladolid es más de un 23% superior al de León. Hablando en plata, por cada 1.000 euros de riqueza que tiene León, Valladolid ya dispone de 1.232 euros, partiendo al inicio de esta comunidad de parámetros semejantes. Si entramos ya en datos un poco menos simples, como puede ser el PIB per capita (o sea, lo mismo de antes, pero lo que nos toca a cada uno) entonces sí que es para llorar; somos los sextos de las nueve provincias, solo superamos a Salamanca, Ávila y Zamora (nótese también la curiosidad de que las provincias leonesas en estos datos siempre se sitúan en las últimas posiciones). Nuestros 18.350 euros nos sitúan muy lejos de los más de 23.000 euros de Burgos o los casi 22.000 de Valladolid, y eso que en esta estadística nos ayuda el haber perdido casi 40.000 habitantes, si no también estaríamos por detrás de Salamanca y a la par con Ávila. Porque lo de los habitantes es otro dato, mientras León pierde casi 40.000 habitantes, Valladolid los gana en similar proporción. Nuestros jóvenes se van en busca de futuro, hipotecando a su vez el futuro de León. Tenemos el peor porcentaje de jóvenes de toda la Comunidad (según datos de la propia Junta) y el segundo peor de ancianos (otra vez logramos superar a Zamora), y según los daos que maneja el INE seremos las 3 provincias leonesas y Palencia los únicos con previsiones de crecimiento de habitantes en negativo. Para todos estos datos habrá quien alegue que en León somos poco emprendedores, que no se puede sustituir la iniciativa privada por la pública y tonterías así, y estarán equivocados, ya que creamos un número parejo de empresas con Valladolid, únicamente que aquí se crean o se instalan empresas más pequeñas (en la medida de nuestras posibilidades) y en Valladolid las empresas son mayores y con más empleados (la razón: las mayores facilidades y ayudas que les concede la Junta Castellana), con lo cual nuestra tasa de actividad es de un 50,3%, frente al 60,8% de la de Valladolid. En la tasa de actividad, otra vez sólo superamos a Salamanca y Zamora, al revés que en la tasa de paro, que sólo es mayor dentro de esta comunidad en las siempre co-vilipendiadas provincias leonesas de Salamanca y Zamora. En resumen, que en los datos buenos siempre perdemos y en los malos ganamos por tal goleada, que si fuésemos la selección nacional de fútbol ganaríamos de un tirón la eurocopa, el mundial, y lo que se nos pusiese por delante. Con estos datos tengo muy claro que somos víctimas de esta comunidad autónoma. No es victimismo, son datos fríos, claros y objetivos, ya sin entrar en los ataques que desde las instituciones se lanzan sobre nuestra cultura, identidad, lengua e historia, ni en los constantes desplantes a nuestras iniciativas por salir adelante, como puedan ser la facultad de medicina, el circuito de La Bañeza, el hospital comarcal para Astorga y La Bañeza, la autovía León-Valladolid, el aeropuerto, la estación de esquí de San Glorio¿ o los atracos manifiestos al agua de nuestros pantanos, la línea de alta tensión Sama-Velilla, el embalse de Villagatón, el reparto de los fondos MINER, la no inclusión de León, Zamora y Salamanca como región NUTS2, perdiendo así los fondos estructurales que podía aportarnos la CEE¿ La única solución a nuestros males sería conseguir la autonomía para la Región Leonesa, a la que tenemos derecho, poder destinar los fondos a lo que realmente necesitamos, dependiendo por lo tanto solo de nosotros mismos y no dependiendo de lo que no nos robe la Junta de Castilla, que luego nos da a modo de limosna, para no morirnos de hambre y para mantenernos callados un tiempo, ya que además si no callamos y seguimos reivindicando lo que es nuestro ya sabemos lo que somos: «victimistas».