Irán juega a la guerra

CONSECUTIVAS pruebas de lanzamiento de mísiles en el Golfo Pérsico parecen hacer algo más posible que Irán ataque o que provoque a Israel a lanzar un ataque preventivo contra sus instalaciones nucleares. Siempre hay quien pone a prueba el precario orden mundial cuando en Estados Unidos la Casa Blanca funciona a media marcha a causa de una campaña de elecciones presidenciales. Se supone que en estos momentos Norteamérica no va a responder de forma bélica a las amenazas de Irán aunque, después de las pruebas de mísiles iraníes, Washington ha proclamado que defenderá a sus aliados. A partir de las suposiciones menos negativas, Irán solo intenta demostrar su resolución ante la posibilidad de un ataque israelí o norteamericano: no se trataría de un despliegue de nueva capacidad armamentística. Lo cierto es que Teherán también dice que sus misiles tienen alcance hasta Israel o instalaciones militares de Estados Unidos en la zona. De un parte, se supone que a Irán todavía le falta tiempo para disponer de arsenal nuclear y por otra se calcula que su respuesta a un ataque por parte de Estados Unidos significaría actuar con mayor intensidad en Irak y colapsar con minas, ataques submarinos o lanchas suicidas las rutas del petróleo en el Golfo Pérsico -por donde transita el 40% del crudo que se consume en el mundo- hasta que el barril pudiera llegar a los 300 dólares. Estos días está en torno a los 140 dólares. No se sabe hasta qué punto las redes terroristas controladas por Irán tienen capacidad de acción en Europa o Estados Unidos. En los años noventa, los servicios secretos de Irán asesinaron en Europa a prominentes personalidades de la oposición a Jomeini, del mismo modo que participaron en el atentado contra la embajada de Israel en Buenos Aires en 1992. Dos años después, también en Buenos Aires, mataron a 85 personas en un centro judío. Hay quien piensa que Israel podría atacar, si gana Obama, entre la elección en noviembre y la toma de posesión en enero. Es un momento muy difícil para articular estrategias de prevención o de propósito disuasorio. Europa contempla la escena, constata que las buenas palabras no bastan y acuerda nuevas sanciones contra el régimen de los ayatollás. Ajmadinejad se complace en la simulación de juegos de guerra con sus misiles. La situación es de cierto escalofrío.