TRIBUNA
Un año de régimen «monárquico» en León
ESTO no quiere decir que se hayan clonado parte de los restos de San Isidoro, y nuestro Alcalde sea el fruto de un experimento secreto, o que el Ayuntamiento de León sopese convertirse en una Monarquía independiente. Simplemente, los hechos y el talante me llevan a valorar el primer año del Equipo de Gobierno PSOE-UPL como el de una monarquía absolutista. Así, puedo concluir que los doce primeros meses de reinado del alcalde de León, también conocido como el Rafael Nadal leonés, han sido tan dañinos para León, como la fuerte izquierda de este tenista lo es para sus adversarios, y tan inútil para el futuro de la ciudad como lanzar un globo al fondo de la pista frente a un rival que no ha subido a la red. No sabe gestionar un Ayuntamiento siguiendo el ideario de un partido de izquierdas, pero suplanta su plagio del PP con mucha entereza, y eso le permite valer «pá tó»; pá alcalde, pá secretario provincial o pá lo que le echen o manden. El año que deviene de legislatura se ha caracterizado por una serie de declaraciones grandilocuentes: escasez de proyectos, cero modelo de ciudad y una serie de decisiones, como poco, lesivas para el futuro de la ciudad y sus ciudadanos. Aunque no sea real, la apariencia de un PSOE con mayoría absoluta y de la UPL como comparsa es cada día más palpable. Por desgracia, parece ser que para PSOE y UPL tan solo se debe valorar el Pacto siguiendo el contenido del documento firmado por ambos grupos. Un error. El documento que dio soporte escrito al acuerdo no puede ser el centro de gravedad a la hora de analizar un año de gestión. Existen otras formas de medir el hacer municipal durante este periodo. Por ejemplo, se mantiene el modelo clientelar de concesión de subvenciones a colectivos y asociaciones, y la participación ciudadana se limita a reuniones informativas donde la sociedad civil solo tiene permiso para aceptar la propuesta del Ayuntamiento. De no ser así, se impone la medida y a otra cosa... Así se ha aplicado el rodillo en la subida del IBI y en la política de privatizaciones. Esto sólo para empezar, porque si analizamos el acuerdo de gobernabilidad desde la parte más ligada al leonesismo, sólo podemos concluir que se ha olvidado, y dudo mucho que se desentierre después del espectáculo bochornoso del 24 de abril pasado. Ni siquiera la fundación León 2010 se ha presentado centrándose en este terreno. Una situación que produce la sensación de un gobierno del PSOE en mayoría absoluta, donde los concejales de UPL son mera comparsa. La segunda parte, obras y proyectos, no son más que un nuevo refrito repetido una y otra vez en acuerdos anteriores, parte de los cuales se está gestionando mal (Plan de Movilidad, Agenda Local 21 o Palacio de Congresos), o se han convertido en tapaderas para la especulación (Cuartel de Almansa e integraciones del tren y FEVE) o son proyectos tan viejos que el mérito de su consumación puede ser compartido tranquilamente por IU. Estábamos en el Ayuntamiento cuando empezaron a reivindicarse y seguimos participando en su reclamo. En algunas cuestiones, como el Cruce de Michaisa, se ha aplicado el modelo propuesto por IU en León y en el Congreso de los Diputados hace dos años. En otras, directamente, hemos participado en las reuniones para decidir las soluciones, como en el traslado de las balas ilegales de Trobajo del Cerecedo. Lo verdaderamente importante del acuerdo de gobierno viene de su escaso contenido y de cuáles han sido las decisiones tomadas desde entonces hasta ahora. El Equipo de Gobierno nació sin interés por crear infraestructuras sociales, que permitan mejor servicio y participación de los vecinos: Centros Cívicos, Centros de Salud, infraestructuras para asociaciones etcétera, brillaban por su ausencia. Este desinterés impide la creación de una verdadera Policía de Barrio o dar voz a, los vecinos y vecinas en la elaboración de un Presupuesto Municipal Participativo. Después, y mucho más grave, la creación de empleo no se constituye en el centro de la actividad municipal. Cuestión que se nota todavía más en plena crisis económica. Sin una política clara en materia social, de empleo, sostenibilidad y participación ciudadana no puede haber gestión desde la izquierda, menos aún, si copias los errores del PP en materia de reducción de la deuda, subida de impuestos y privatización de servicios. En el primer año de gobierno PSOE-UPL es difícil salvar algo, aunque puede hacerse, decir lo contrario sería mentir. La polémica no resuelta de la plantilla municipal, el IBI y la escasa gestión, junto a unos presupuestos municipales inflados y tramposos, dejan muy poco margen para salvar algo productivo y novedoso que no las recurrentes promesas incumplidas compartidas por los últimos tres alcaldes de León. Además, proyectos interesantes como el Plan de Movilidad, el Tranvía, la Ciudad del Mayor, la recuperación del Cartel de Almansa, la gestión del PGOU¿. han quedado en agua de borrajas o se están desarrollando contra los intereses de la ciudad. Todo ello sin olvidar la subida salvaje de 3 impuestos y 27 tasas y la apuesta decidida por el despilfarro de las privatizaciones que tanto hemos criticado y dejará en una situación muy difícil a León de cara al futuro IU recuerda que existen alternativas, políticas verdaderamente cercanas a los intereses ciudadanos. Llevamos doce meses demostrándolo. Exigimos al Alcalde que empiece a escuchar las necesidades de los leoneses. No es un monarca dieciochesco, recuerde que se presentó bajo las siglas del PSOE y no del PP, y no se dedique en exclusiva a pagar favores a los poderosos a costa de sus vecinos. El populismo tiene un recorrido muy corto y cuando el Aeropuerto esté terminado y la Junta no de suficiente juego, ni la Facultad de Medicina salvará a un Equipo de Gobierno sin ideas ni proyecto, que solo sabe imponer a los más débiles mientras se arrodilla ante los poderes fácticos de la ciudad. Esperamos poder valorar algo el año que viene que no suponga empezar a cuestionar ser creyentes para poder rezar por el futuro de nuestra ciudad.