LA VELETA
Obama e Irán
LA VISITA sorpresa del candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, a Afganistán y a Irak era una secreto a voces. Su primera gira internacional, con escalas en Israel, Jordania, Francia, Reino Unido y Alemania, ha suscitado una enorme expectación en un momento de especial importancia porque en Ginebra el nuevo ambiente de las relaciones con Irán puede contribuir a una cierta reducción del precio del petróleo, si los especuladores lo permiten y la inflación de las economías emergentes como China e India obligan a una desaceleración de la actividad económica con un menor consumo. La alineación de astros positivos suele producirse después de una enorme desgracia o cuando los protagonistas se han asomado al abismo de esa enorme desgracia y se han convencido de que es mucho mejor una salida pacífica y negociada, satisfactoria para todos. Uno de esos astros es Barack Obama, el primer negro que puede llegar a la presidencia de los Estados Unidos. Pero el color de su piel no es el principal elemento de su éxito parcial en el camino hacia el despacho oval, aunque tiene que superar los recelos raciales para que no sea un grave inconveniente, sino la nueva forma de hacer política, sus propuestas de cambio, su estilo directo muy cercano a los ciudadanos que han acudido a inscribirse para poder votar. El sí podemos de cambio ha calado tras la frustración de la guerra de Irak y la profunda crisis económica. Ahora tiene que demostrar su capacidad en política exterior como posible mandatario de la superpotencia. En paralelo se coloca otro astro, el presidente George W. Bush, que pretende evitar un pésimo lugar en la historia y muestra su disposición a mejorar las relaciones con Irán. Las condiciones siguen siendo que el régimen de los ayatolas renuncie a su programa de enriquecimiento de uranio y a la posibilidad de conseguir el arma nuclear. El papel de la UE y Rusia resulta fundamental para convencerlos de que un enfrentamiento militar sería una catástrofe para todo el mundo. La demostración de fuerza de Israel con sus maniobras aéreas y la respuesta de Teherán con su misil son argumentos más que suficientes para primar un acuerdo diplomático. También influyen las próximas elecciones en Irán con una buena parte de la población muy molesta con la restricción de gasolina, los cortes de energía y los problemas crecientes para encontrar trabajo. Que los astros nos sean propicios.