Las vacas

TENGO serias dudas sobre cómo saldrán adelante en una crisis como la que tenemos encima aquellas personas que no saben lo que son apreturas. Nuestros jóvenes han sido hijos de la abundancia, nada les ha faltado (salvo empleo estable) desde la infancia y se consideran suficientemente preparados, excepto en apretarse el cinturón. Acostumbrados a tener siempre euros en el bolsillo, salir a cenar los fines de semana, tomar copas hasta el amanecer, ir a la última en ropa y peinado, tener vehículo o ir en el de sus amigos, irse de vacaciones... no sé cómo les sentará estar sin una perra, no poder salir a cenar ni a tomar copas, olvidarse un poco de la moda en ropa y pelo, andar que es muy sano y coger la mochila para unas vacaciones. Y es que estamos en época de vacas flacas, pero vacas al fin y al cabo. Lo malo será cuando no haya ni tan siquiera ganado bovino. Lo mismo pienso de las instituciones. Los ayuntamientos, la Diputación, la Junta, acostumbrados a gastar a manos llenas, sin mirar el dinero porque aunque no era suyo les llegaba puntualmente y cada vez más, tendrán que empezar a cortar el grifo, precisamente cuando las deudas se acumulan y no llega ni para lo más elemental. Tal vez así, a falta de actos para la galería, se preocupen de lo que realmente quiere la gente y estén pendientes del asfalto, de la seguridad ciudadana, del ruido, de la luz, de las basuras, de la limpieza, de todas esas cosas que se necesitan para vivir en comunidad y que no se les daba importancia, porque se estaba más pendiente de otras menos necesarias pero de más relumbrón. Porque ahora estamos en las vacas flacas y como no se le ponga remedio luego tal vez no haya ni vacas.