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Publicado por
BERNARDINO C. GONZÁLEZ-HALLER
León

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LOS ACTORES de cualquier sistema tienden a prevenir el cambio para reproducirlo. Pero cuando el sistema adquiere demasiada complejidad, el único modo de evitar el cambio negativo es cambiar, para prevenir las disfunciones a tiempo, y no lo han hecho. Para hacerlo bien hay que combinar el conocimiento y la experiencia con la ética y la voluntad. Saber hacer y tener voluntad de evitar las alteraciones con consecuencias negativas para el conjunto de los ciudadanos es obligación de todos, pero especialmente de los que manejan el poder y el dinero. Pero cuando prevalecen los intereses de unos pocos, es difíl, por no decir imposible. Estoy seguro, que lo que les interesa a los doce economistas que llamó Zapatero para oír sus consejos o sus propuestas, no es lo que nos interesa a la mayoría de los ciudadanos. El Gobierno insiste en que no reducirá las prestaciones sociales. Me parece inteligente que lo diga. Veremos si lo hace o si lo puede hacer. Porque sí hace sólo lo que le les interesa a los grandes especuladores, ni podrá cumplir con los ciudadanos ni corregir las disfunciones que han causado las inmobiliarias. Está todo muy claro: el 60 por ciento de los ciudadanos ha vivido en crisis o en recesión toda la vida. Es un dato oficial: los asalariados, desde hace más de diez años, vienen empobreciéndose, porque suben más los precios que los salarios. Ese hecho demuestra que los sindicatos no han defendido a los trabajadores. Pero esa crisis no cuenta, porque estos ciudadanos son sumisos. Sin embargo, los que han estado amasando fortunas durante 15 años, ahora que algunos ganan menos o pierden un poco de lo mucho que han ganado, quieren que el Gobierno, a costa de los ciudadanos, les facilite las cosas para seguir ganando. Y para eso, hay que decirlo, utilizan el chantaje del crecimiento del paro. Lo inteligente es que la crisis inmobiliaria sirva para eliminar a los especuladores y para poner las cosas en su sitio. El Gobierno no será inteligente si asume las acusaciones que formula la gente del PP, todo lo contrario, será torpe si no neutraliza el ruido mediático con argumentos inteligentes. Debe empezar por la transparencia. Los ciudadanos estamos mal informados y queremos saber. Además de otros medios, es necesario utilizar la televisión pública para celebrar debates sobre el análisis de la situación y las posibles alternativas. Reducir a dos minutos la información sobre lo que se hace y se dice en política y dedicar media hora, todos los días, para oír banalidades sobre éxitos y fracasos del deporte y sobre sucesos, huele a malicia. Por ejemplo, qué saludable sería poder ver a esos doce economistas, que llamó Zapatero discutir sobre la crisis, o ver en la televisión a especialistas hablando sobre ese u otros temas.

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