Complicaciones

EL GOBIERNO admite que este año están yendo mal las cosas, pero que el año que viene y el que vendrá después, si es que se decide a venir, irán peor. No es un horóscopo agradable, pero hay que hacerle frente a la realidad, incluso cuando todo nos dé de lado. El paquete de medidas imprescindible de austeridad fiscal hay que llevarlo entre todos, pero unos meterán el hombro y otros meterán la pata. Lo que no hay que hacer es buscar culpables. Parece como si algunos se regocijaran ante este panorama sombrío y se frotan las manos viendo vacías las de muchos compatriotas. Cualquier mediano observador se da cuenta de que el sector más obtuso y egoísta de la llamada derecha no deplora en absoluto la triste situación. Confía en que mientras se vaya a peor será mejor para ellos. Son los que creen que el presidente Zapatero es el responsable único de la subida del petróleo y de la bajada de la capacidad adquisitiva. Dos años de reformas para combatir la crisis se nos pueden hacer muy largos a casi todos, pero especialmente a quienes tenemos un gran futuro a nuestras espaldas. A cierta edad uno se da perfecta cuenta de cómo han envejecido sus condiscípulos. Hasta el punto de que algunos no nos reconocen. Si nosotros podemos identificarlos sin demasiadas vacilaciones no es sólo por su paso vacilante, sino porque llevan bastón. Hasta ahora no he resistido. Creo que es a la única tentación que me he resistido en mi vida. En el caso, no del todo imposible, pero sí improbable de que en el año 2010 esté vivo, si hemos derrotado a la crisis, soltaré el báculo que todavía no llevo para dar saltos de alegría. Será señal de que el plan de choque no ha chocado con más dificultades que las previstas y no con las que le pongan quienes tienen otras previsiones.