Diario de León

EL RINCÓN

Un callejón sin salida

Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

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LA MAYOR preocupación de los mendigos es que se queden sin dinero quienes les socorren. El fantasma de la recesión recorre Europa y algunos países les están pisando las sábanas a otros. Si no suenan las cadenas es porque las han empeñado días antes de que el producto interior bruto de la zona euro se pegase el previsto batacazo y rodara por el suelo. En vista de esta caída, Bruselas pide que quienes la sufrimos no caigamos en el pesimismo. Por más que se diga que el mal de muchos es consuelo de tontos, sería peor que la penuria nos afectara a nosotros solos. El único inconveniente es no poder pedir auxilio financiero, ya que los demás tienen la boca abierta pidiendo lo mismo. Alemania, Francia, Italia y España padecen eso que los economistas llaman «crecimiento negativo», que es algo parecido a lo que denominan los generales «avance hacia la retaguardia» cuando ordenan que se retiren sus tropas. El mal de muchos es más bien consuelo de todos. Curiosamente, la enfermedad tiene tratamientos distintos aunque sea la misma. En unas naciones la situación es grave, pero no desesperada, y en otras es desesperada, pero no reviste demasiada gravedad. El paso más importante que ha dado el Gobierno para vender a la crisis es reconocerla, aunque se la llame por cualquiera de sus pseudónimos. Últimamente se le llama «estancamiento», que es bastante menos desolador que llamarle hecatombe. Además no hay cien reses que sacrificar, como alude la etimología de la palabra. Ni siquiera cien subsecretarios. La receta es atacar los problemas. Camilo José Cela gustaba repetir eso de «quien resiste, gana». Sabía que no siempre es cierto, pero se hizo gracia. Que le pregunten a los de Sagunto y Numancia qué ganaron resistiendo y resistiendo.

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