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AFRODISIO FERRERO PÉREZ
León

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SIEMPRE he sostenido que los recursos económicos no tendrían mucho sentido sin la actividad de los empresarios. Porque los hombres que fabrican sueños y construyen mañanas con más posibilidades de cre ar empleo son, sin duda, los empresarios. De ahí que sean reconocidos sus valores y su esfuerzo por crear nuevas fuentes de riqueza. Esto es lo que ha hecho, recientemente, el Círculo Empresarial Leonés (CEL) al conceder los «Círculos de Oro» 2008: Manuel Castro, Marcos Vidal, María Antonia Fernández López, Isauro Pérez, José Luis Gómez Pérez, Nuria del Río, y entre ellos, a José Antonio Alonso (diputado por León). Creo que sin la presencia de hombres de talento, y sobre todo, de las generaciones emergentes de empresarios no habría futuro prometedor. El esfuerzo, y casi siempre el riesgo, son los elementos más valiosos para crear y estimular valores económicos y sociales. Todo el conjunto de actividades premiadas: industria, artesanía, gastronomía, calzado, comercialización agraria, y textil constituyen un muestrario vivo de la economía leonesa generadora de empleo y productora de bienes y servicios. Hemos de convenir que para seguir haciendo historia y para lograr incrementar la riqueza provincial son necesarios -más que nunca- buenos empresarios como ha destacado el presidente del CEL, Domingo Fuertes Bécares. He aquí la clave para el mayor éxito de la empresa en general. Sería lamentable recurrir a la resignación para que «inventen otros». Porque León, nuestra tierra, posee ejemplos notorios de empresarios vocacionales y creadores: Amancio Ortega, Antonio Fernández, David Álvarez y otros muchos¿ Ahora que nos encontramos en una crisis económica -sin subterfugios- son necesarios empresarios con ideas creadoras. No hace mucho tiempo mi admirado Victoriano Crémer me decía que no es ninguna utopía relanzar el potencial económico de León; y que para alcanzar ese grado de superación es indispensable conocer la realidad, en primer término, con absoluta claridad y con rigor y serenidad ( Cien leoneses y el porvenir de León . Ed. Unión Leonesa, 2007). Compartimos plenamente esa receta tanto para relanzar la economía provincial como la autonómica y estatal. El diagnóstico de los expertos es claro: inflación, paro y déficit de la Balanza de Pagos. Se vislumbra un descenso del crecimiento económico, escalada de precios, pérdida de inversiones, crisis notoria de la construcción, clima de desconfianza, etcétera¿ Un escenario que es urgente despejar por quienes tienen la misión de gobernar, tanto a escala provincial, regional y nacional, sin olvidar el entramado institucional: empresarios, políticos, economistas, sindicatos, Cámaras de Comercio, Parques Científicos y Tecnológicos¿ Todos somos necesarios, pero unos tienen más responsabilidad que otros. En esta hora de crisis, a las Administraciones Públicas e instituciones, en general, les corresponde sin excusa remover, estimular y contribuir con sus presupuestos (austeridad y racionalidad en el gasto productivo) para no perder el ritmo de las inversiones en infraestructuras. En este contexto de colaboración y cooperación no puede faltar la banca privada, y en nuestro caso, Caja España; entidad que debería dedicar, a mi juicio, una parte específica del coeficiente obligatorio a la financiación de bienes y servicios. Por ello, sería muy conveniente y justo que se despenalizara el ahorro que conlleva fiscalmente un alto porcentaje (18%) del ahorro popular. Porque es bien sabido que sin ahorro no puede haber inversión. Estimular el ahorro por la Administración General del Estado sería una medida muy aceptable para encauzar, en alguna medida, la crisis que nos invade. En resumen, ante el cuadro de la crisis -recesión, desaceleración- los empresarios, además de las administraciones públicas y otras instituciones, constituyen siempre el soporte básico sobre el que se apoya la realidad económica, y por tanto están llamados a desplegar sus ideas sobre organización, producción y competitividad. Se trata de contribuir al relanzamiento de la economía leonesa. Y, por otra parte, para que la crisis no se agrave en el tiempo, y afecte lo menos posible a la comunidad autónoma de Castilla y León, el Gobierno de la nación -administración general del Estado- debería, sin más dilaciones, elaborar un cuadro de medidas inteligibles por los ciudadanos para que desaparezca el clima de desconfianza existente. Se necesita, a mi juicio, un programa urgente -sin demagogia- de equilibrio y de reformas que conduzcan a reducir o eliminar, en su justa medida, los efectos de la crisis social y económica. Lo que importa con las ideologías, como nos recuerda Borges, es lo que se hace con ellas.