EL RINCÓN
Ampliar el podio
ES INJUSTO que sólo quepan tres en la tarima de los éxitos deportivos. Los acomodadores de la gloria olímpica debieran colocar a algunos más en un sitio preeminente, ya que el pedestal no sale tan caro. Hubo un tiempo en el que no abundaba la gente dedicada a cultivar su capacidad física, ya que en general estaba cultivando el campo. En esas épocas era lógico que el podio albergara sólo a los tres más destacados, pero ahora hay miles de atletas, casi todos buenísimos, y seguimos con las mismas plazas. Es cierto que, pasado el tiempo, sólo recordamos a los más grandes entre los grandes, pero no podemos olvidar que la estatua del vencedor está fabricada con los fragmentos de los derrotados. La victoria, toda victoria, exige que haya algún o algunos vencidos. Para paliar esta ineludible exigencia se inventó el eslogan, tan consolador como falso, de que