EL MIRADOR
Aznar se reivindica a sí mismo
COMO BIEN es sabido, José María Aznar fue presidente del Gobierno entre los años 1996 y 2004, y tuvo logros considerables en materia económica. La popularidad de Aznar ha ido bajando considerablemente ya en los últimos años de su mandato: hay coincidencia en que le sobró la segunda legislatura, en la que cometió notables errores, entre ellos la boda imperial de su hija Ana en el Santuario de El Escorial y con centenares de invitados ilustrísimos... Cabe suponer que Aznar trata de reivindicar su buen nombre y la buena gestión de su Gobierno, después de haber proclamado de sí mismo que había sido el mejor presidente que tuvieron nunca los españoles. Las encuestas más recientes lo niegan... En sus declaraciones a El Mundo dice Aznar: el PSOE pagará tarde o temprano un precio por su tremenda deslealtad tras la masacre del 11-M. Cabe recordar que Aznar pretendió gestionar aquella gravísima crisis en solitario, precisamente para beneficiar a su partido en las elecciones de pocos días más tarde. Incluso la gran manifestación contra el terrorismo la convocó él personalmente, sin consultar ni admitir a nadie más en su convocatoria. Dice también Aznar: por mucho que algunos se empecinen nunca me voy a arrepentir de la foto de las Azores, fue algo histórico. Ciertamente, fue histórica aquella decisión, también adoptada exclusivamente por él y sin ningún acuerdo ni con su partido ni con su Gobierno, de los que Aznar «pasaba» como auténtica «reina madre» y superiora general. Las encuestas señalan que aquella decisión «histórica» de Aznar no es compartida por los españoles. Aznar acusa a su sucesor y proclama que la Constitución del 78 está siendo gravemente vulnerada con la complicidad del Gobierno. Cabe recordar que el propio Aznar tuvo serias dudas y reticencias durante la Transición y cuando se elaboraba la Constitución... Asegura también Aznar que Felipe González no le apreciaba. Pero era recíproca la falta de afecto, y de respeto. González llevaba más de diez años de jefe del Gobierno cuando Aznar empezó sus críticas frontales y su estribillo «váyase, señor González». Todo tipo de argumento era válido en aquella campaña de destrucción del inquilino del palacete que Aznar trataba de ocupar. Según Aznar, recibió una herencia muy mala y «dejé el país más rico de la Historia de España». Es indudable que al equipo económico de Aznar, y básicamente a Rodrigo Rato, le correspondió hacer frente a las derivaciones del final de una crisis a la que ya se venía oponiendo tenaz y eficazmente el ministro Solbes. Los años siguientes, primera legislatura de Zapatero-Solbes, se superaron todos los buenos datos del período anterior. Y una afirmación más: claro que cometimos errores en el 11-M, pero ni intentamos mentir ni nuestra posición era una triquiñuela partidista. No fue esa la actitud que observaron los electores en aquellas elecciones dramáticas del 14-M, en las que se castigaron aquellos errores de gestión de una tragedia que el PP y sus mandos policiales «no olieron» ni una vez producida, y cuya autoría se obstinaron en negar contra toda evidencia, conscientes de que se jugaban aquellas elecciones cruciales y el regreso del PP a la oposición...