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CON VIENTO FRESCO

Conspiraciones contra León

Publicado por
JOSÉ A. BALBOA DE PAZ
León

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SEGÚN EL CONCEJAL socialista Ibán García «hay un plan estratégico perfectamente diseñado para que León sea una ciudad de tercera división». Esta rotunda afirmación me recuerda las viejas teorías conspirativas de la historia, pues supone que alguien, en este caso la Junta de Castilla y León y el Partido Popular, conspiran, es decir, trazan un plan secreto con el objetivo de hacer algo ilegal para atentar contra los intereses de la ciudad de León. No negaré que en política existen conspiraciones, aunque no las acepto como argumento causal en la historia, soy contrario a todo tipo de conspiracionismo. En el caso de un complot por parte de la Junta habría que suponer en quienes la integran una inteligencia maquiavélica que no veo por ninguna parte. ¿Alguien se imagina a Eduardo Fernández cocinando tal intriga? Su actividad política, por lo que conocemos, no va más allá del simple pasteleo con algunos amigotes. Pensar en maquinaciones de la Junta parece más bien, en el mejor de los casos, una manera como otra cualquiera de empezar el curso político, calentando motores; en el peor, una paranoia de políticos incapaces por sus propios medios de resolver los problemas de una ciudad como León. El conspiracismo busca culpar a otros de los problemas económicos y sociales, suponiendo que las cosas irán mejor una vez que la acción popular remueva a aquellos de las posiciones de poder que ocupan. Sin la Junta del PP todo se resolverá, dicen. El secretario provincial de CC.OO., Ignacio Fernández, ha respondido acertadamente y con sentido común al concejal socialista: «Desconozco si existe un plan contra León, pero si lo hay, el Ayuntamiento debería sacarlo a la luz». Esto es lo que responsablemente debería hacer el gobierno de la UPL-PSOE, si realmente tiene pruebas de que la Junta y el PP buscan perjudicar a León: publicarlas. Deben buscar más argumentos que el del aeropuerto para que nos creamos la maldad de la Junta. Si realmente el PP buscara intencionalmente perjudicar a la ciudad de León sería su suicidio político. Dudo que este partido, y menos concejales como Ana Guada y compañeros, hayan renunciado a ganar las próximas elecciones municipales; todo lo contrario, están intentando por todos los medios recuperar la alcaldía. Se me ocurre que, como vemos en el ejemplo del Bierzo, donde hay más optimismo social, y en donde el dinamismo empresarial ha llenado de industrias los numerosos polígonos industriales que se han creado en muchos pueblos de la comarca; también en León habrán de ser igualmente los empresarios quienes inviertan en el desarrollo económico de la ciudad, y no echar balones fuera. Las instituciones, la Junta y el Ayuntamiento deben favorecer sus acciones, pero no son ellas las que deben sustituir la labor de los empresarios. Con tales declaraciones, el equipo de gobierno busca calentar motores mediante la movilización ciudadana contra la Junta. La sociedad civil lo haría si tal denuncia fuera verdad, aunque resulta extraño a estas alturas, ahora que la crisis inmobiliaria, el paro y las subidas de precios ensombrecen la vida de muchos ciudadanos. Esta crisis pondrá contra las cuerdas al gobierno central, por eso en el León de Zapatero hay que buscar un chivo expiatorio que desvíe las críticas hacia la Junta y el PP. Y si no es suficiente, más leonesismo. El alcalde se despachaba ayer con una nueva dosis de ese potaje: incluso ya no se siente a gusto en el PSCyL. Quizá lanzó ese gemido para que lo escuchara Zapatero desde los cercanos Picos de Europa.