EL RINCÓN
Algunos remedios
DURANTE LA AUDIENCIA privada concedida por Su Santidad el Papa Benedicto XVI a Ingrid Betancourt, además de para retratarse juntos, han tenido tiempo para rezar una plegaria «para llegar al corazón de la narco guerrilla colombiana», en especial al de sus jefes. Admirable mujer esta Ingrid, que les ha recordado a sus captores que el mundo les mira y desea que en presunto corazón de cada uno de ellos haya espacio para el amor, que al fin y al cabo es otra droga. Se extrañó Beltrand Russell, hace ya mucho tiempo, de que hubiera obispos que creyeran que el problema de la sequía pudiera tratarse mediante la oración. El hombre creía más en los adecuados sistemas de regadío y en la construcción de pantanos. Que Dios le haya perdonado. En las situaciones difíciles cada cual busca los remedios que están más a mano, por muy distantes de su cabeza y de sus extremidades superiores que se encuentren. Entre nosotros, sin ir más lejos, el secretario general de UGT, don Cándido Méndez, al que no es temerario suponer igualmente distante del Sumo Pontífice y de Beltrand Russell, ha dicho que hay que reducir el precio oficial del dinero para superar la crisis. Lo suyo no deja de ser una rogativa, aunque se dirija al Banco Central Europeo, que no deja de ser una divinidad. Hay que confiar siempre en que nuestros males puedan tener remedio. El presidente Zapatero va a comparecer ante el Congreso de los Diputados para explicarnos satisfactoriamente la crisis. Siempre ocurren cosas agradables. La venta de coches ha bajado un 41,1% durante el mes de agosto. Este dato, en principio desfavorable, va a determinar que disminuyan ostensiblemente los accidentes automovilísticos.