«Por los caminos del Bierzo»

HOY, 8 DE SEPTIEMBRE, es la Natividad de Nuestra Señora. Entre las numerosas advocaciones con se festeja en España esta efeméride, los bercianos lo hacemos en honor de la Virgen de la Encina. Hace cien años, al mismo tiempo que el rey Alfonso XIII concedía a la villa el título de ciudad, la Virgen era coronada canónicamente en un solemne acto que reunió a numerosas personalidades. El culto a la Virgen de la Encina se remontaba a varios siglos atrás, pero a su patronazgo sobre la villa y la comarca le faltaba un sello de solemnidad y canonicidad que lograría de Roma en el año 1908, siendo párroco de La Encina don Silvestre Losada Carracedo, el historiador y erudito más importante que tuvo el Bierzo por aquellas fechas. Fruto de sus desvelos serían dos libros sobre los actos de aquella celebración: Coronación de Nuestra Señora de la Encina y Álbum-recuerdo . Cincuenta años después, el Papa Pío XII aprobaba un Breve Pontificio por el que confirmaba a la Morenica como Patrona del Bierzo. Bajo la batuta del rector de la Encina, don Antonio Valcarce, se constituyó entonces una Junta Regional para la proclamación Oficial de la Virgen de La Encina, Patrona del Bierzo, de la que serían miembros los alcaldes y párrocos de la comarca. En las primeras reuniones se decidió que la Virgen peregrinara a todas las cabezas de Ayuntamiento del Bierzo. Esa peregrinación, en un ambiente de exaltación religiosa, tuvo lugar en el verano de 1958, y removió profundamente la devoción de los bercianos de toda clase y condición. Las corporaciones salieron a los límites de sus términos municipales para recibir a la sagrada imagen, arropadas por sus vecinos. Los pueblos vistieron sus mejores galas, adornando fachadas y balcones, o levantando airosos arcos con enramadas y flores. Además del rector de la Encina, los dos más asiduos acompañantes fueron los capellanes de la Junta don José Fariñas y don Dámaso Núñez. Pero no olvidamos la presencia de muchas otras personas, especialmente Ángel González, Gelín el pintor, y Gauchín, Antonio Girón, conductor de Endesa, empresa que cedió una carroza, un todo terreno, para llevar a la Virgen por los caminos del Bierzo. Un testigo excepcional fue don Pedro Fernández Matachana, jefe de protocolo del Ayuntamiento ponferradino, Cronista oficial y Asesor histórico de la Junta de Proclamación. A él se debe el protocolo de los actos, la recuperación del Pendón ponferradino y demás símbolos municipales. Pero sin duda, su aportación más valiosa fue la colección de más de un millar de fotografías de la Virgen de la Encina en su peregrinación por El Bierzo. El libro Por los caminos del Bierzo , que a partir del 14 de septiembre publicará en fascículos el Diario de León, nace por la existencia de esas fotos, de un interés etnográfico e histórico indudable, de las que hemos seleccionado 400; pero no se reduce a las mismas sino que sus autores (Antolín de Cela, José A. Balboa, Vicente Fernández y Miguel J. García) hemos buscado contextualizarlas en un año sumamente importante en la historia de España y de la comarca. 1958 marca definitivamente el fin de una época y el comienzo de otra. El viejo mundo rural y campesino, de tradiciones ancestrales e inmutables costumbres, en el que la religión lo impregna todo, deja paso a una industrialización salvaje, una urbanización explosiva y drásticos cambios sociales y culturales. Creo que el libro recoge suficientemente bien ese mundo a punto de desaparecer, al tiempo que es un tributo a la Virgen en su centenario.